Felipe González mostró ayer su preocupación por la dependencia energética europea y española y apostó por que en nuestro país se analice la conveniencia de utilizar la energía nuclear.
“Hay que abrir el debate para decidir si estamos a favor o en contra de este tipo de fuentes energéticas”, afirmó.
“No digo que la defienda, pero no es razonable que no se discuta su uso… no es comprensible ni aceptable”, remarcó.
En unas jornadas sobre la crisis organizadas por la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el ex presidente también manifestó su inquietud por la actitud de Rusia. “La gerontocracia soviética era malvada pero previsible, pero es que los gobernantes de hoy son imprevisibles”, ironizó en referencia a los cortes de gas al continente a través de Ucrania.
Al margen de los problemas energéticos, González hizo un análisis de la coyuntura vigente en el que cuestionó la validez del modelo social actual “procedente de la segunda posguerra mundial”. En este sentido, reivindicó “un pacto global para el siglo XXI, ya que hay factores endógenos que los ponen en crisis”.
Por ello, apuntó que “cada día cuesta más trabajo oír hablar de este esquema social sin añadir que debe haber una economía que añada el valor suficiente para financiarlo y sostenerlo”. Otra de sus demandas es que Europa debe “reconsiderar cómo empieza a medir la productividad por horas de trabajo” antes que debatir sobre la jornada laboral o el coste del despido.
De hecho, partió una lanza a favor de los empresarios al advertir que “hay muchas manifestaciones para defender el empleo; y la verdad, éste lo dan los empleadores y la necrosis de nuestro aparato productivo es muy rápida”.
Sobre la crisis crediticia, Felipe González apuntó que “no hay tiempo que perder” para capitalizar el sistema financiero español ante el “grave riesgo” existente.
De no tomar estas medidas, las entidades financieras nacionales serán “más pesadas, menos ágiles y estarán menos capitalizadas” que las de su entorno.
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