La Unión Europea (UE) quiere mejorar su seguridad e independencia energética frente a Rusia y países terceros con el desarrollo de proyectos clave de infraestructuras y una vigilancia reforzada de sus reservas petroleras y gasistas para actuar con rapidez en caso de crisis. En un plan estratégico sobre seguridad y solidaridad energética presentado en Bruselas, la Comisión Europea apunta a reducir la dependencia en materia de gas que tiene actualmente la UE con relación a Rusia.
El 42% de las necesidades de los 27 son cubiertas por Rusia, y de este origen dependen en un 100% los suministros de ocho miembros del grupo. Europa no ha olvidado la crisis del invierno de 2006 entre Rusia y Ucrania que dejó a varios países comunitarios sin abastecimiento de gas, y tampoco las dudas surgidas en torno al suministro tras el conflicto entre Rusia y Georgia el pasado agosto.
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