lunes, 11 de agosto de 2008

Un verano que Anastasiya nunca olvidará


Tímida, obediente, simpática y “siempre con una sonrisa en la boca”, así es como definen Alejandro García, Nieves Espinosa y sus hijos, Jesús Manuel, de trece años, y Ana María, de once, a Anastasiya Pvlovska, una niña procedente de Kiev (Ucrania) a la que han acogido en su hogar, en Almagro, durante este verano y sin duda alguna, acogerán en los venideros. Anastasiya lleva algo más de tres semanas en nuestro país, algo que se ha podido llevar a cabo gracias a la labor que realiza año tras año la Asociación Crean. Este es el primer año que Anastasiya viene a España y no se maneja bien con nuestro idioma, pero ese no es ningún problema para que esta niña muestre su agradecimiento y cariño a esta familia, su familia también a partir de ahora y cuyos miembros se sienten muy orgullosos de ella, “es una maravilla de cría” nos confiesa Alejandro.
Anastasiya cumplirá el próximo día catorce once años rodeada de su familia de acogida y de otros niños ucranianos que pasan el verano en Almagro, en una fiesta que organizarán en Polideportivo 75, una sociedad privada en donde Anastasiya disfruta gratis, junto con Alejandro, Nieves y el resto de la familia, socios del polideportivo, de la piscina, algo que le encantan, “es terminar de comer y querer irse a la piscina”, declara Nieves.
Nada más llegar a nuestro país, Anastasiya pudo disfrutar de unas vacaciones en La Coruña y del mar, allí “no paró, es una niña muy saltarina y no salía del agua, con lo fría que esta allí” nos confesó Alejandro. Pero también Anastasiya y el resto de la familia han visitado la Warner Bross, una experiencia que será inolvidable para Anastasiya, donde pudo ver en primera persona a sus personajes de dibujos animados preferidos.
En su día a día en Almagro,esta niña es feliz, recibe el calor de una familia que la trata como si de un miembro más se tratará, de hecho es un miembro más, una hija más para Alejandro y Nieves y una hermana más para Ana María, con la que comparte habitación y con la que pasa la mayor parte del tiempo y para Jesús Manuel, con ellos comparte ratos de ocio, diversión y también deberes, en los que Anastasiya, ayudada por Alejandro, aprende español. “Es una hija más, la trato como a mis hijos”, declara Nieves.
Tal y como explican Alejandro y Nieves, el acoger a uno de estos niños requiere un compromiso que familias como esta están dispuestas a asumir “no nos sobra el dinero, todo lo contrario, pero si esta niña con cien euros va a ser mucho más feliz que nosotros con quinientos, eso lo dice todo, además donde comemos cuatro comemos cinco y sin ningún problema, la niña es feliz”, confesó Alejandro. Durante el tiempo que Anastasiya lleva aquí ha engordado siete kilos, además los dolores de cabeza le han disminuido hasta ser nulos y no recurrir a su medicación, Alejandro nos explica que en los cuarenta días que pasa aquí gana alrededor de cuatro años de vida, ¿que razón más habría que buscar para acoger a uno de estos niños que viven en un ambiente tan contaminado por la radiación?, con tan sólo dedicarles un poco de nuestro tiempo en el verano les estamos regalando vida. Y es que la vida en Ucrania no es fácil, en el caso de Anastasiya, tiene siete hermanos, su madre no trabaja, su padre es albañil y gana alrededor de noventa euros al mes, nos confiesa Alejandro.
Se trata de niños que necesitan la ayuda que familias como esta no dudan en darles, Alejandro y Nieves seguirán en contacto con Anastasiya, se han marcado como objetivo pagarle los gasto que supone un dentista para que en un futuro próximo disfrute de una bonita sonrisa, no descartan ir a Ucrania, de vacaciones y conocer más de cerca la vida y la familia de esta niña a la que quieren con locura, son todo un ejemplo a seguir.

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