Georgia necesita a la OTAN

Si para la Unión Europea los Balcanes siguen siendo la asignatura pendiente para completar la ampliación del club, que se inició en 2004 con los diez países de la Europa del Este, para la Rusia de hoy los numerosos territorios y enclaves del Cáucaso que no alcanzaron la independencia de la antigua Unión Soviética también son un claro ejemplo de ese cierre en falso. Osetia del Sur, que ya declaró su independencia en 1989, tanto de Rusia como de Georgia, no ha logrado todavía ese reconocimiento que consiguieron con el fin de la URSS algunas de las quince repúblicas federadas soviéticas que se convirtieron en Estados independientes. Osetia del Sur tiene una mezcla de población rusa y georgiana, con mayoría de la primera, por tradición y, sobre todo, pasaporte. De ahí que el Kremlin esté intentando defenderla aunque a los osetios apenas les entusiasme un poco más unirse a Rusia que a Georgia. Ellos quieren la independencia. Pero el Cáucaso no está, ni mucho menos, para esos trotes. Y aquí es donde entra en juego el precedente de Kosovo y la independencia alcanzada de facto separándose de Serbia. Y aquí es donde los intereses de los dos bloques seguirán siendo opuestos, tanto por el interés de la UE en la democracia como por el deseo de Rusia de controlar su zona de influencia. Para Putin el interés no está tanto en Osetia, ni siquiera en Kosovo, sino en impedir que Georgia y seguidamente Ucrania entren en la OTAN como estuvieron a punto de conseguir en la cumbre de abril de la Alianza Atlántica, en Bucarest. En Rumanía la Administración norteamericana dio «luz verde» para que comenzaran sus trámites de adhesión algunas de las repúblicas pendientes de los Balcanes como Croacia, Montenegro, Albania y Macedonia. Ese Plan iba a extenderse a Ucrania y a Georgia, pero Moscú pidió una demora que se aceptó por Washington. Da la impresión de que al presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, se le está acabando la paciencia y querría que en la próxima cumbre de la OTAN, en diciembre, a pocos meses de la salida de Bush, su país contara con el sí definitivo para la entrada en la Alianza