lunes, 25 de agosto de 2008

Olga Kurylenko echa mano de Internet para conocer a sus amantes


¿Qué sería el agente 007 sin su chica Bond? Tan importante como James Bond, la acción, los efectos especiales y los exóticos escenarios, son las mujeres de la saga con alta dosis de sexappeal como Barbara Bach, Barbara Carrera, Ursula Andress, Kim Basinger, Teri Hatcher y Halle Berry que le acompañan. Mujeres esculturales que además de enseñar mucha piel y curvas son capaces de intimidar al mismísimo agente 007. En Quantum of Solace, la llamada bomba ucraniana, Olga Kurylenko, es la encargada de realizar el papel de su predecesora, Eva Green, que tuvo que morir en Casino Royale al igual que toda mujer por la que hasta ahora se ha interesado seriamente James Bond. La biografía de esta morena de armas tomar se lee casi como una de las novelas de Ian Fleming. Nacida en 1979 en una pequeña ciudad de Ucrania fue descubierta con 13 años en el metro durante un viaje con su madre a Moscú. En el fondo quería ser médico como su abuela, pero el modelaje primero y su trabajo como actriz después, reemplazó un sueño por otro.Olga dice que prefiere a los hombres sensibles antes que a los de tipo "macho". Le gustan poéticos, que no estén obsesionados por los coches, pero no descarta que cualquier día se enamore del hombre más dominante del mundo. De momento, dice estar abierta a todo y que no le gusta sacar conclusiones precipitadas cuando conoce a alguien. En cuanto a su compañero de rodaje, Daniel Craig, Olga dice que le parece un tipo guapísimo y que comprende que muchas mujeres se vuelvan locas por él. Pero también deja claro que no es en absoluto su tipo.Además Olga no cree en la flechas de Cupido. "A mi nunca me ha pasado", comenta en una larga entrevista al diario suizo Blick. "Necesito semanas, meses, para enamorarme. A todos los hombres a los que he amado ya les conocía desde hacía algún tiempo", puntualiza. Dos matrimonios fallidosA pesar de todo, con veinte años pensó que había conocido al hombre de su vida y se casó con el fotógrafo Cedric van Mol. El matrimonio duró apenas tres años y medio pero le valió el pasaporte francés. Un tiempo después se enamoró de Damian Gabrielle, un empresario de telefonía móvil, pero su segundo matrimonio también fracasó.Kurylenko ha llegado a la conclusión de que no necesita ni marido ni hijos para sentirse realizada como mujer. No se cierra al amor pero tampoco le importa estar sola durante largas temporadas. Dice que le hace gracia que se la relacione constantemente con actores y directores de cine y comenta que incluso ha recurrido a Internet para saber quienes eran sus presuntos amantes... "por aquello de saber con quien se supone que me acuesto" como dijo al diario suizo. La explosiva ucraniana niega cualquier interés de enamorarse de un compañero de trabajo y asegura que busca sus amistades en otros círculos.

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