lunes, 25 de agosto de 2008

La seguridad mundial será la misma tras la guerra del Cáucaso

Después del ataque ruso, Ucrania aspira más que nunca a integrarse en el sistema atlántico de seguridad.
Madrid. El conflicto entre Rusia y Georgia ha puesto en tela de juicio los pilares de la seguridad en Europa, según revela el instituto de análisis de conflictos Intenational Crisis Group (ICG), que insta a castigar a Moscú si finalmente no se retira del territorio georgiano. “El conflicto ruso-georgiano ha transformado la geopolítica del mundo contemporáneo con graves consecuencias para la paz y la seguridad europea y en todo el mundo”, subraya el documento presentado el fin de semana. El uso “desproporcionado” de la fuerza por parte de Moscú después del ataque georgiano el 7 de agosto contra Osetia del Sur “constituye un cambio decisivo en las relaciones entre Rusia y Occidente”, señala el texto, que aclara que “Rusia ha amenazado la estabilidad del Cáucaso” y los “corredores energéticos vitales para Europa”. El análisis denuncia las reivindicaciones rusófilas porque “pueden ser utilizadas para desestabilizar otras ex repúblicas soviéticas, como Ucrania”. Severo castigoEn conclusión, el ICG pide a Occidente que envíe a Moscú un mensaje firme y que, si no respeta el acuerdo de paz, suspenda la candidatura de Moscú a la Organización Mundial de Comercio así como su participación en el G-8 y la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi en 2014. “Durante casi dos décadas, el Kremlin ha expresado su interés en colaborar con las instituciones occidentales [...] pero, ahora ha adoptado una postura clásica de superpotencia, que quiere jugar con reglas especiales”, explica ICG, que tampoco exime a Georgia de la culpa al señalar que la tentativa georgiana de tomar por la fuerza Osetia del Sur fue un “cálculo desastroso”. Mientras, en Ucrania crece el temor a ser el próximo peón del gigante ruso. El pasado fin de semana, los ucranianos celebraron el 17 aniversario de su independencia —proclamada en 1991 pocos meses antes de la desintegración de la Unión Soviética— en medio del temor suscitado por el conflicto bélico de Georgia. El presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, reafirmó que su Gobierno tiene la prioridad de garantizar la seguridad en el país integrándolo en la OTAN y en la UE. Ucrania espera que los acontecimientos confirmen su aspiración a ser invitado a adherirse a la Alianza Atlántica en la cumbre de diciembre. El líder de la revolución naranja alegó que “solo la adhesión al sistema de seguridad euroatlántica y el fortalecimiento de la capacidad defensiva garantizarán la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras de Ucrania”. “Por primera vez en Europa desde la guerra fría, hemos visto cómo tropas extranjeras invaden el territorio de un Estado soberano. Si permanecemos impasibles, la amenaza se cernirá sobre nuestro país y nuestros ciudadanos”, dijo el presidente, que también condenó las reclamaciones rusas del territorio ucraniano (la península de Crimea y las regiones rusoparlantes del este del país).

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