jueves, 10 de julio de 2008

La Euro del 2012 peligra


Tras las sonrisas obligadas por la visita del presidente de la UEFA, Michel Platini, las acusaciones entre los distintos responsables de llevar adelante la remodelación del estadio olímpico de Kiev regresaron para encender una nueva luz de alarma en Ucrania, por ahora sede de la Eurocopa 2012.

Kiev, Ucrania.- Tras las sonrisas obligadas por la visita del presidente de la UEFA, Michel Platini, las acusaciones entre los distintos responsables de llevar adelante la remodelación del estadio olímpico de Kiev regresaron para encender una nueva luz de alarma en Ucrania, por ahora sede de la Eurocopa 2012.
El Olímpico de Kiev fue levantado en la época soviética y debe ser modernizado para alcanzar los estándares que exige el organismo europeo y poder así ser sede de la final de la Eurocopa, que en teoría organizará Ucrania junto a Polonia.
Pero dichas mejoras, que incluyen la destrucción parcial de un centro comercial construido muy cerca del estadio, no comenzaron todavía por continuos problemas burocráticos, lo que llevó a Platini durante su visita de la semana pasada a amenazar a ambos países con llevarse el certamen a otro lado: "Si no hay estadios, no habrá partidos".
Platini entregará un informe a finales de septiembre, sobre el que se decidirá si Polonia y Ucrania serán finalmente sedes de la Eurocopa. Gregori Surkis, presidente de la Federación Ucraniana de Fútbol, ve la situación crítica: "Si el trabajo está realmente parado, es un paso más hacia el derrumbe final de nuestras esperanzas".
Durante el encuentro que el francés mantuvo con el presidente ucraniano, Viktor Yushenko, y la primera ministra, Yulia Tymoshenko, los políticos se comprometieron a derribar el centro comercial, ubicado a escasos metros de la cancha.
Pero menos de una semana después de la marcha de Platini, alrededor del centro "Troitsky" la maquinaria está parada, decenas de trabajadores se fueron a su casa y todos los problemas domésticos que la cúpula ucraniana prometió que se resolverían, volvieron a la superficie con la misma fuerza que antes.
Tymoshenko, una ex magnate del gas devenida en política de corte populista que realiza campaña contra multimillonarios y funcionarios del gobierno, acusó al alcalde de Kiev, Leonid Chernovetsky, de otorgar el permiso de construcción del centro comercial de manera "ilegal" y a través de "bases corruptas".
Pero el alcalde devolvió el fuego: "La señora Tymoshenko fracasó en firmar la orden de transferencia del suelo. Es ella la que causó que el trabajo (de demolición) se detuviera".
Chernovetsky se refiere al acuerdo al que se llegó con la firma Eugene Construction Company, propietaria del solar en cuestión, por el que se le otorgaban 8.000 hectáreas en las afueras de Kiev como compensación al abandono del proyecto del "Troitsky".
El presidente Yushenko apoyó al jefe de la ciudad diciendo públicamente que había ordenado a Tymoshenko firmar el traspaso del suelo. Pero los oponentes a la primera ministra no se sorprenden por las palabras del presidente, habitualmente ignorado por Tymoshenko, que le quiere suplir en las elecciones del próximo año.
Al estado crítico de las cosas se suma la demanda judicial que interpuso contra el gobierno la empresa taiwanesa Archasia Design Grop por haber roto recientemente el contrato que los unía para realizar la modernización del estadio.
Los observadores creen que tras el embrollo subyace el astronómico precio del suelo y las ganancias que genera en la capital ucraniana, donde la vivienda rivaliza en costo con ciudades como París o Londres, lo que genera que las decisiones políticas dependan con demasiada frecuencia de lo que pueden ganar o perder los clanes comerciales.
Y tras ellos, viejas rencillas. Surkis, el presidente de la federación y principal valedor del torneo, fue rival politico de Tymoshenko, Yushenko y Chernovetsky.

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