domingo, 18 de mayo de 2008

Rusia sigue hostigando a Georgia

El nuevo presidente ruso Dmitry Medvedev, que tomó posesión el 7 de mayo, sigue estela de Putin. Primero el Kremlin destacó tropas para que una parte de Georgia se independizase unilateralmente y ahora la acusa de colaborar con los independentistas chechenos.
La detención del supuesto espía no se interpreta en Tiflis más que como una "provocación" más del Gobierno ruso. Según el Kremlin, tenía órdenes de establecer contactos con los terroristas chechenos no sólo para financiarlos sino para reclutar oficiales rusos para la causa.Para Putin y Medvedev la Guerra Fría no ha terminado. La prueba de su nacionalismo sigue siendo su capacidad de mantener sometidas a las ex repúblicas soviéticas, porque consideran que si se acercan a la OTAN o a la Unión Europea es para traicionar a Moscú. Georgia es una región que quiere formar parte de la Organización del Atlántico Norte, porque se cree parte de occidente y porque necesita un paraguas defensivo frente al expansionismo ruso.En abril, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania le pidieron a Rusia que dejase de establecer vínculos de cooperación con los dirigentes separatistas de Abjazia y Osetia del Sur. El Kremlin reaccionó casi inmediatamente desplazando "tropas de paz" a las regiones para protegerlas de las "maniobras agresivas" del Gobierno georgiano.No es la primera vez que Rusia hostiga a una ex república soviética para que no se acerque a Occidente. Anteriormente, les cortó el suministro de gas a Ucrania y Bielorrusia y algunos miembros de los servicios de inteligencia rusos participaron en el intento de magnicidio del líder ucraniano Viktor Yuschenko.

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