lunes, 17 de marzo de 2008

España deja de ser Eldorado para los inmigrantes por el bajón económico

Gobierno, empresarios y sindicatos estudian reducir la llegada de extranjeros
El invierno que se cierne sobre la economía está congelando las expectativas de los extranjeros que aspiran a emigrar a España para trabajar. Durante la pasada legislatura, los empresarios importaron a 727.821 inmigrantes con contrato laboral.
Reagrupación familiar

Solbes lanza la primera alerta del cambio en la política de inmigración
A ellos hay que sumar otros 600.000 que esos mismos empresarios regularizaron en el proceso de normalización llevado a cabo por el Gobierno en 2005. En total, en los últimos cuatro años se han incorporado al mercado de trabajo, sólo por esas dos vías, más de 1,3 millones de inmigrantes. Eran tiempos de bonanza. Pero la borrasca económica que se avecina está empujando al Gobierno y a los agentes sociales a considerar que es necesario frenar el flujo de extranjeros para conjurar el fantasma del paro. España ha dejado de ser Eldorado.
El ministro de Economía en funciones, Pedro Solbes, ha lanzado la primera alerta del cambio de rumbo en la política de inmigración. En una entrevista mantenida el pasado miércoles en ELPAÍS.com, Solbes explicó que el mercado laboral ha cambiado debido a la mayor tasa de actividad. Para el ministro, eso implica que las cifras de paro deberían incrementarse a tasas inferiores que en el pasado. ¿Y por qué habría de ocurrir eso? El siempre prudente Solbes lo insinuaba después: "En especial si se atenúan, como parece razonable, las corrientes migratorias de los últimos años". Ahí está la clave.
La portavoz del Ministerio de Economía, María Jesús Luengo, contextualiza la información de Solbes: "España sigue creando empleo. Pero como la población activa crece a un ritmo alto, esos nuevos puestos de trabajo no bastan para satisfacer la demanda. Y por eso aumenta el paro".
Los técnicos del ministerio achacan el crecimiento de la población activa a dos factores: la inmigración y la incorporación de las mujeres al mercado laboral. En realidad, el segundo factor es, en parte, consecuencia del primero: muchas mujeres pueden incorporarse al trabajo porque hay inmigrantes que cuidan de sus hijos. "Si se reducen los flujos migratorios, se reducirá también el crecimiento de la población activa", señalan.
El problema es cómo reducir los flujos migratorios. En Economía no quieren pillarse los dedos con ese asunto. Según Luengo, "el ministro se refiere a que parece evidente que, al haber menos empleo, serán los propios inmigrantes los que desistan de venir a España". Pero ésa es una consideración que sólo afecta a la inmigración irregular. ¿Qué ocurre con los inmigrantes contratados en origen, que sólo el año pasado fueron 234.457? A Solbes no le preocupa esa vía. Considera que "las solicitudes de los empresarios para importar trabajadores con carácter estable, de temporada o a través del régimen general se irán reduciendo a medida que se vaya modificando la situación de empleo". Esa situación se define mediante el llamado Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura. Cada tres meses, el Servicio Nacional de Empleo elabora en cada provincia, de acuerdo con sindicatos y los empresarios, una lista de trabajos para los que existe demanda y que los españoles no pueden o no quieren desempeñar. El Ministerio de Trabajo ofrece a los empresarios dos mecanismos para buscar en el extranjero a los trabajadores que no hallan en España.
UGT cree que ese instrumento sigue siendo válido "y el más objetivo posible". La secretaria para la Igualdad de UGT, Almudena Fontecha, afirma que "parece lógico pensar que, a través de los próximos catálogos, la situación nacional de empleo determinará que las contrataciones de inmigrantes en sus países sean inferiores a las de los últimos años".

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