Madrid, 31 dic (PL) Un fuerte encontronazo marcado por serias acusaciones y un claro contenido político a tres meses de los comicios generales cierra hoy un año de complicadas relaciones entre la iglesia católica y el gobierno en España.
En el último día de 2007, la dirigencia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, en el poder) calificó de falsedades y de intromisión directa en las elecciones de marzo próximo las declaraciones hechas ayer por miembros de la jerarquía católica.
En un multitudinario acto celebrado aquí para, según los organizadores, revalorizar el papel de la familia cristiana, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, afirmó que España vive un retroceso en materia de derechos humanos.
Otros líderes de la misma iglesia hablaron de una supuesta disolución de la democracia y de una cultura del laicismo radical, entre otros pronunciamientos dirigidos contra el gobierno, aunque sin nombrarlo.
Ante esa andanada, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, exigió hoy a la dirigencia clerical del país una rectificación por las falsedades escuchadas el domingo.
El político socialista recordó que la mentira es un pecado para los católicos y calificó de intolerables las expresiones de los prelados.
Están falseando datos y realidades, como decir que los derechos humanos están retrocediendo en España, apuntó Blanco, para quien la postura de la cúpula religiosa constituye una intromisión directa en la campaña electoral.
Me dio la impresión de que estábamos en un acto del PP (Partido Popular, el principal de oposición) presidido por cardenales, dijo lasegunda figura del PSOE.
En el último día de 2007, la dirigencia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, en el poder) calificó de falsedades y de intromisión directa en las elecciones de marzo próximo las declaraciones hechas ayer por miembros de la jerarquía católica.
En un multitudinario acto celebrado aquí para, según los organizadores, revalorizar el papel de la familia cristiana, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, afirmó que España vive un retroceso en materia de derechos humanos.
Otros líderes de la misma iglesia hablaron de una supuesta disolución de la democracia y de una cultura del laicismo radical, entre otros pronunciamientos dirigidos contra el gobierno, aunque sin nombrarlo.
Ante esa andanada, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, exigió hoy a la dirigencia clerical del país una rectificación por las falsedades escuchadas el domingo.
El político socialista recordó que la mentira es un pecado para los católicos y calificó de intolerables las expresiones de los prelados.
Están falseando datos y realidades, como decir que los derechos humanos están retrocediendo en España, apuntó Blanco, para quien la postura de la cúpula religiosa constituye una intromisión directa en la campaña electoral.
Me dio la impresión de que estábamos en un acto del PP (Partido Popular, el principal de oposición) presidido por cardenales, dijo lasegunda figura del PSOE.
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