martes, 6 de noviembre de 2007

Cae la mayor red de pornografía infantil de Europa, con 2.500 «clientes»


La «Operación Koala» de la Europol acaba con centenares de detenidos, 11 de ellos en España

Responsables de Europol y Eurojust hicieron ayer pública la operación
Miguel Mielgo La Haya- En una operación conjunta entre las policías de 28 países europeos agrupadas bajo la Europol, se ha conseguido desmantelar una de las mayores redes de pedofilia y abusos sexuales de menores en Europa. De momento hay cientos de detenidos en 19 países europeos, además de una lista con nombres y apellidos de los más de 2.500 consumidores de pornografía infantil que ya han sido identificados. En España, de acuerdo con la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, hay 11 detenidos. Estas personas residen en Madrid, Barcelona, La Coruña, Málaga, Valencia, Castellón, Bilbao y Jaén. También se han practicado 13 registros domiciliarios y se ha intervenido diverso material informático y miles de archivos de contenido pornográfico infantil. En los 13 registros realizados se intervino también numeroso material informático, 38 discos duros y 608 CDs y DVDs, así como miles de archivos (fotografías y vídeos) de contenido pornográfico infantil. Una agresión sexual en la Red La intervención policial, bautizada con el nombre de «Operación Koala» porque se inició tras el aviso de la policía australiana, comenzó en 2006. Un vídeo pornográfico que había sido requisado por agentes australianos mostraba cómo un padre belga abusaba sexualmente de sus dos hijas de 9 y 11 años de edad. Con sólo esta pista consiguieron averiguar el nombre del proveedor que había vendido el vídeo, un italiano de 42 años residente en Bolonia que, tras ser sometido a vigilancia, se pudo descubrir que viajaba constantemente a Ucrania. En este país, y tras meses de vigilancia, se descubrió que el italiano tenía un estudio privado de grabación donde producía el material pornográfico que pedían sus clientes. El hombre vendía después los vídeos a través de su web donde, de acuerdo con fuentes policiales, llegó a vender más de 150 en los que aparecían chicas y chicos menores de edad. El negocio lo había montado hacía más un año y medio, y tenía previsto trasladarse a vivir de forma permanente a Ucrania. Pero la policía italiana se le adelantó y fue detenido poco antes de la mudanza. En los ordenadores que fueron hallados en su casa encontraron, aparte de los vídeos y millones de fotos de menores, cerca de 3.000 direcciones de correo electrónico de sus «clientes». Los agentes de todos los países que forman la Europol colaboraron desde ese día en la identificación de los propietarios de los «e-mail» que se hallan en al menos 19 países. Según el comunicado de Europol, la Policía ha conseguido identificar a 23 de los niños, la mayoría ucranianos, de entre 9 y 16 años, que aparecen en los vídeos pornográficos que se enviaban a través de internet. La mayoría de estos vídeos han sido producidos en Ucrania, pero también hay otros que se han rodado en Bélgica y en Holanda. Los menores, por lo menos los ucranianos, recibían pequeñas cantidades de dinero por «posar como modelos» en escenas de alto contenido sexual. La Policía no ha dado a conocer si otras personas, aparte del italiano, están involucradas directamente en la producción y distribución del material.

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