KIEV.- El Tribunal Administrativo Supremo de Ucrania ratificó los resultados de las elecciones parlamentarias anticipadas del pasado 30 de septiembre, ganadas por la coalición del Bloque Yulia Timoshenko y el movimiento del presidente ucraniano, Víctor Yushchenko.
La corte despejó así el camino para la formación de la nueva Rada (Parlamento), en la que las fuerzas 'naranjas' pro occidentales obtienen más de la mitad de los 450 escaños, por lo que tendrán mayoría y podrán formar Gobierno.
El Tribunal desestimó una apelación presentada por los comunistas, que han accedido al reparto de los escaños, y de otros cuatro partidos perdedores que juntos denunciaron irregularidades en las acciones de la Comisión Electoral Central (CEC) y pidieron a la Justicia que invalide los resultados oficiales de los comicios y que ordene un nuevo recuento de los votos.
El veredicto de los magistrados hecho público por el Tribunal dice que la CEC actuó en todo momento de acuerdo a su reglamento respecto a todas las normas de la legislación ucraniana.
También señala que el protocolo de la CEC con los resultados definitivos de los comicios se corresponde plenamente con los de las mesas electorales del país y deduce que no es competencia suya ordenar un nuevo recuento de los votos o bien invalidar las elecciones, como exigían los demandantes.
Añade que éstos no han confirmado con pruebas y hechos ratificados por la Justicia presuntas irregularidades y compras de votos durante los comicios, y que la CEC ha cumplido su obligación de garantizar a todos los partidos acceso equitativo a los medios de comunicación para hacer propaganda electoral.
Por tanto, el Tribunal suprime el veredicto de una instancia judicial anterior que, tras haber recibido la apelación de los demandantes, paralizó la publicación de los resultados definitivos de las elecciones en la prensa oficial. El veredicto del Tribunal Supremo de Apelación entra en vigor tras su anuncio oficial, es definitivo y no puede ser recurrido.
Según los resultados hechos públicos con anterioridad, el ganador formal de los comicios es el Partido de las Regiones (PR) del primer ministro pro ruso, Víctor Yanukovich.
Sin embargo, la mayoría en la nueva Rada la obtiene la 'coalición democrática' de las dos fuerzas 'naranjas', el Bloque de Yulia Timoshenko (BYT) y el movimiento Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular del presidente ucraniano, Víctor Yushchenko.
La coalición democrática obtiene más de la mitad de los 450 escaños de la Rada, más que la alianza del PR con los comunistas, y esta correlación ni siquiera la puede alterar la quinta fuerza que accedió al Parlamento, el Bloque del antiguo presidente del Legislativo Vladimir Litvin, quien por ahora no se ha aliado con nadie.
Según el pacto de coalición, la candidatura del primer ministro será presentada por la fuerza 'naranja' más votada, el BYT, por lo que se espera que el puesto lo ocupe Timoshenko, quien ya desempeñó este cargo tras la Revolución Naranja ucraniana de finales del 2004.
A instancias del presidente, la coalición democrática se ha comprometido a ceder a la oposición encabezada por Yanukovich importantes puestos en la Rada y el Gobierno para evitar la repetición de las endémicas crisis políticas en el país.
La corte despejó así el camino para la formación de la nueva Rada (Parlamento), en la que las fuerzas 'naranjas' pro occidentales obtienen más de la mitad de los 450 escaños, por lo que tendrán mayoría y podrán formar Gobierno.
El Tribunal desestimó una apelación presentada por los comunistas, que han accedido al reparto de los escaños, y de otros cuatro partidos perdedores que juntos denunciaron irregularidades en las acciones de la Comisión Electoral Central (CEC) y pidieron a la Justicia que invalide los resultados oficiales de los comicios y que ordene un nuevo recuento de los votos.
El veredicto de los magistrados hecho público por el Tribunal dice que la CEC actuó en todo momento de acuerdo a su reglamento respecto a todas las normas de la legislación ucraniana.
También señala que el protocolo de la CEC con los resultados definitivos de los comicios se corresponde plenamente con los de las mesas electorales del país y deduce que no es competencia suya ordenar un nuevo recuento de los votos o bien invalidar las elecciones, como exigían los demandantes.
Añade que éstos no han confirmado con pruebas y hechos ratificados por la Justicia presuntas irregularidades y compras de votos durante los comicios, y que la CEC ha cumplido su obligación de garantizar a todos los partidos acceso equitativo a los medios de comunicación para hacer propaganda electoral.
Por tanto, el Tribunal suprime el veredicto de una instancia judicial anterior que, tras haber recibido la apelación de los demandantes, paralizó la publicación de los resultados definitivos de las elecciones en la prensa oficial. El veredicto del Tribunal Supremo de Apelación entra en vigor tras su anuncio oficial, es definitivo y no puede ser recurrido.
Según los resultados hechos públicos con anterioridad, el ganador formal de los comicios es el Partido de las Regiones (PR) del primer ministro pro ruso, Víctor Yanukovich.
Sin embargo, la mayoría en la nueva Rada la obtiene la 'coalición democrática' de las dos fuerzas 'naranjas', el Bloque de Yulia Timoshenko (BYT) y el movimiento Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular del presidente ucraniano, Víctor Yushchenko.
La coalición democrática obtiene más de la mitad de los 450 escaños de la Rada, más que la alianza del PR con los comunistas, y esta correlación ni siquiera la puede alterar la quinta fuerza que accedió al Parlamento, el Bloque del antiguo presidente del Legislativo Vladimir Litvin, quien por ahora no se ha aliado con nadie.
Según el pacto de coalición, la candidatura del primer ministro será presentada por la fuerza 'naranja' más votada, el BYT, por lo que se espera que el puesto lo ocupe Timoshenko, quien ya desempeñó este cargo tras la Revolución Naranja ucraniana de finales del 2004.
A instancias del presidente, la coalición democrática se ha comprometido a ceder a la oposición encabezada por Yanukovich importantes puestos en la Rada y el Gobierno para evitar la repetición de las endémicas crisis políticas en el país.
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