miércoles, 6 de abril de 2011

Greenpeace denuncia radiactividad en alimentos agrícolas en Chernóbil

Aún hay contaminación 25 años después del desastre en esta población ucraniana.

Durante la conferencia internacional sobre el desastre nuclear en Chernobyl, la organización de ecologistas 'Greenpeace' publicó los resultados de una investigación de campo liderada por Ucrania, la cual ha tenido un gran eco, por cuenta de la crisis nuclear que vive Japón actualmente.

Los ecologistas dijeron que los niveles de radiactividad siguen siendo altos en varias zonas cercanas a Chernobyl, 25 años después del peor desastre nuclear en la historia de la humanidad.

La investigación, llevada a cabo por Greenpeace, se centró en la contaminación por cesio-137, un componente que se propaga en la región, por medio de los productos alimenticios que se cultivan allí.

Los resultados mostraron diferentes grados de contaminación en los productos alimenticios como la leche, productos lácteos, las setas, y raíces vegetales como la remolacha y las papas: alimentos imprescindibles en la dieta de los habitantes de las zonas rurales de Ucrania.

En muchos casos, la presencia de cesio-137 estuvo muy por encima de niveles aceptables para los niños y adultos.

"La conclusión es que la radiación todavía está presente en este lugar. Viajamos 300 kilómetros lejos de aquí, y sin embargo, la radiación aún está presente en los alimentos que consumen las personas", dijo Aslihan Tumer, activista de Greenpeace.

El informe de Greenpeace fue especialmente crítico con el gobierno de Ucrania por no haber realizado un seguimiento periódico sobre la posible contaminación en los alimentos de Chernobyl.

"Debe haber un análisis científico exhaustivo que explore la situación después de 25 años. Mucha de esta contaminación todavía existe, y tenemos que garantizar que las personas no vivan en zonas contaminadas, y que puedan obtener alimentos limpios", agregó Tumer.

Unos pocos residentes, principalmente ancianos de la zona de exclusión de Chernobyl, fueron evacuados en 1986, pero regresaron después de algunos años afirmando que no veían ninguna amenaza en la radiación y que preferían quedarse en el lugar donde crecieron.

"Esta es nuestra Patria y nadie puede reemplazarla. No puedo cambiarla, vivimos bien. Me han pedido que cambie de vivienda. Me dieron un apartamento (en otra región de Ucrania), pero les dije que no lo quería, que quiero vivir aquí. En este lugar crecen todos nuestros alimentos y yo le pido a Dios que nos ayude a vivir sin tomar ningún tipo de medicamentos", sostiene Hanna Zavorotnya, habitante de una zona cercana a Chernobyl.

Ucrania ha solicitado 600 millones de euros para la construcción de un protector que cubra al reactor en la central nuclear de Chernobyl, el cual explotó en 1986, arrojando material radiactivo al ambiente, que incluso, llegó a varias partes de Europa por vía aérea.

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