Caracas, 17 Oct. AVN (Leandro Albani y Ernesto Wong).- Gobernada desde principios de 2010 por el Partido de las Regiones y su líder Víctor Yanukovych, Ucrania es hoy una nación con amplias perspectivas de alcanzar un desarrollo integral superior en Europa donde se ubica como uno de los puentes geopolíticos entre el gigante ruso y el resto de países europeos occidentales, mientras que con su costa hacia el Mar Negro tiende sus vínculos naturales hacia Turquía, Georgia y los Balcanes.
En las últimas siete décadas la nación ucraniana sufrió dos fuertes golpes. Primero por la agresión hitleriana nazi al desencadenarse y desarrollarse la 2da Guerra Mundial entre 1941 y 1945 que provocó millones de muertes. Cuarenta seis años después, otro golpe provino por la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991, de la cual formaba parte la República Socialista Soviética de Ucrania como una de las más fuertes integrantes de esa unión que produjo una reestructuración en todos los sectores de la vida ucraniana.
Recuérdese que desde diciembre de 1922, en vida de Vladimir Ilich Lenin, fundador de la República Socialista Soviética Federada de Rusia (RSFSR), ésta y las repúblicas socialistas soviéticas de Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia formaron la URSS. Años después, y sobre la base del respeto a las diferentes nacionalidades oprimidas por el antiguo imperio ruso, desaparece la Transcaucasia y se forman las repúblicas socialistas soviéticas (RSS) de Georgia, Armenia y Azerbaiyán, y también se fundan las repúblicas socialistas soviéticas de Kazajastán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán que se agrupaban en la RSFSR. En 1940 se incorporan a la URSS tres de los países bálticos: Lituania, Estonia y Letonia, y de los Balcanes se une Moldavia que se convirtieron en repúblicas socialistas soviéticas.
Casi setenta años después de fundarse la URSS, en diciembre de 1991, en pleno proceso de desintegración del campo socialista y del país de los soviets, el 90% de los ucranianos ratificó la independencia y en el mismo año eligió como presidente al político excomunista Leonid Kravchuk, quien cuatro años después perdió las elecciones presidenciales ante Leonid Kuchma, ingeniero en cohetes especializado en misiles estratégicos y exprimer ministro del gobierno de Kravchuk.
Para los primeros meses de 1992, el gobierno de Kravchuk comenzó la aplicación de nuevas políticas con la liberación de precios, la licitación de fábricas de material bélico y la entrada de inversiones extranjeras.
Ucrania heredó una gran parte de los adelantos científicos que las repúblicas socialistas soviéticas se intercambiaron en los más de 70 años que duró la URSS, lo que le permitió convertirse en la tercera potencia nuclear del mundo, aún cuando Kravchuk abogó por erradicar de suelo ucraniano las armas nucleares.
Luego de las erráticas políticas neoliberales de los dirigentes ucranianos, en abril de 2001 el parlamento destituyó al primer ministro Viktor Yushchenko, quien fuera el antecesor del actual presidente Víctor Yanukovich y una de las cabezas centrales de los grupos que en el 2004 impulsaron la llamada “revolución naranja” precisamente con el fin de arrebatar la victoria obtenida por Yanukovich en esas elecciones de hace seis años y que lo logran con el apoyo de las campañas mediáticas de Occidente financiadas por Estados Unidos y donde participaron principalmente jóvenes de las clases más pudientes.
A la cabeza de estas protestas estaba Yushchenko, junto a la futura primer ministra Yulia Timoshenko quien seis años después, en el 2010, pierde en el balotaje ante Yanukovich. Tanto como primer ministro y como mandatario, diversos analistas coinciden en que Yushchneko fue el mejor aliado para las reformas de mercado que exigió Occidente.
Recuérdese que ese ex presidente también promocionó el ingreso de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), situación que fue rechazada de pleno por su vecino Rusia y por el propio Yanukovich desde la oposición. En noviembre de 2004, Víctor Yanukovich fue declarado oficialmente como ganador en las elecciones presidenciales con el 49,6%, pero tanto organizaciones no gubernamentales ligadas a Norteamérica como el propio Estados Unidos denunciaron el supuesto fraude. En ese momento, Yanukovich dijo que no necesitaba una victoria falsa que pudiera causar heridos y violencia, y que esperaba que la legitimidad de los resultados fuera probada legalmente. El 3 de diciembre la Corte Suprema declaró inválidos los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y el 26 de diciembre se realizaron los nuevos comicios, donde triunfó Yushchenko.
Mientras el nuevo gobierno avanzaba en su alianza con Occidente, las relaciones con Rusia se tensaban y en 2006, el gobierno ruso cortó el suministro de gas a Ucrania debido a que Kiev se negó a pagar el aumento de precio de 460% impuesto por Moscú.
En marzo de 2006 se realizaron elecciones parlamentarias en las que triunfó el Partido de las Regiones, de Yanukovich, con 186 escaños sobre un total de 450.
En medio de la decepción de los ciudadanos y ciudadanas de Ucrania, con el país dividido por cuestiones religiosas y una fuerte debacle económica, en 2010 Yanukovich culminó la etapa por alcanzar el poder ejecutivo de los votos al ganar el balotaje o segunda ronda electoral.
Presidencia de Yanukovich
Representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y la Unión Europea consideraron libres y justos los comicios, e instaron a todas las partes a aceptar los resultados.
Durante su campaña, el candidato del Partido de las Regiones y actual presidente Yanukovich mantuvo un mensaje de unidad nacional, moderación geopolítica y estabilidad política y económica, para un país que ha estado dividido e inestable desde la ya desprestigiada Revolución Naranja. Propugna el estrechamiento de relaciones con Rusia y la no incorporación a ningún bloque militar, con lo cual rechazó la idea de Yushenko y Timoshenko de unirse a la Otan.
Para el analista de Il Manifiesto, Astrir Dakli, los protagonistas de la Revolución Naranja “han tenido el poder y lo han usado de la peor de las maneras, paralizándose el uno al otro y ayudando (a cambio de buenas contraprestaciones) sólo a sus amigos millonarios”.
Ucrania es un Estado unitario compuesto por veinticuatro óblasts (provincias), una república autónoma (Crimea) y dos ciudades con estatuto especial: Kiev, su capital, y Sebastopol, que alberga la flota rusa del mar Negro bajo un contrato de arrendamiento que ha sido extendido por acuerdo entre Yanukovich y el presidente ruso Dmitri Medvédev.
Con un presidente y un primer ministro como máximos gobernantes, los poderes se dividen entre el Ejecutivo, el Legislativo y el poder Judicial.
Ucrania, el segundo país europeo más grande en extensión territorial también mantiene el segundo ejército más grande en Europa, después de Rusia.
El país tiene 46,2 millones de habitantes, 77,8% de los cuales son ucranianos étnicos, con minorías considerables de rusos, bielorrusos y rumanos.
El ucraniano es el único idioma oficial, aunque el ruso también es ampliamente hablado, y la religión dominante es el cristianismo ortodoxo.
Para 2007, Ucrania tenía un Producto Interno Bruto (PIB) de 321.3 miles de millones de dólares, mientras que para el mismo año el PIB per cápita era de 6.900 dólares. La deuda externa en el 2008 ascendía 65.380 millones de dólares.
Posee enormes recursos minerales en manganeso, carbón y hierro que son el sostén de su base industrial y principales áreas donde basar el crecimiento económico perspectivo. Su alta producción de acero, productos químicos, maquinaria pesada, equipos de transporte, tejidos y alimentos procesados le permiten alcanzar altos estándares de vida, aún cuando el neoliberalismo dejó cierta cantidad de población en la pobreza. El 30% de la producción energética del país es gracias a la explotación del carbón y la fisión nuclear.
Ucrania es importadora de hidrocarburos, tejidos, productos químicos, productos alimentarios y metales.
La tasa de alfabetización del país se ubica en el puesto 19 a nivel mundial con 99,4%, en tanto que el desempleo en 2008 llegaba al 2,5%,, en la posición 29.
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