sábado, 9 de octubre de 2010

“En Ucrania se considera un bien de lujo comer fruta fresca o asearse con agua caliente”

Nunca antes había colaborado en ninguna ONG, ni organizaciones sociales, pero todo cambió cuando en unas vacaciones por algunos países de la Europa del Este visitó un pequeño orfanato en las afueras de Kiev. Allí, José Manuel Gálvez, un malagueño de 34 años que trabaja como comercial en una empresa de productos químicos, comprobó que en Ucrania se considera un bien de lujo comer fruta fresca o asearse con agua caliente. Por eso, de vuelta a casa, Gálvez creó la asociación ‘Orfanatos del Este’, con la que trata de ofrecer ayuda para el desarrollo material y educativo de aquellos niños que viven en situación de abandono o desamparo familiar en estos orfanatos


José Manuel Gálvez, en una de las entregas de material de la asociación 'Orfanatos del Este'
Miriam Fortes / diarioDirecto 07/10/10

No obstante, para poner en marcha esta entidad Gálvez está encontrando demasiados obstáculos en el camino y es que, como él mismo asegura, “no es fácil acceder a las ayudas humanitarias, porque es como si estuvieran repartidas de antemano”.

diarioDirecto: ¿Cómo surge la idea de poner en marcha la asociación ‘Orfanatos del Este’?

Respuesta: Todo comenzó hace un par de años, cuando realizando un viaje de placer por algunos países de la Europa del este, de forma casual, tuve la oportunidad de visitar un pequeño orfanato en las afueras de Kiev (Ucrania). Allí comprobé sobre el terreno las duras condiciones y las muchas calamidades con las que conviven los niños de aquellos orfanatos. Aquello me impactó tanto que decidí ponerme manos a la obra con el fin de ayudar a esos críos.

dD: ¿Cómo ayuda su asociación a estos niños? Es decir se les ofrece comida, ropa, educación, asistencia sanitaria…

R: Básicamente ofrecemos ayuda para el desarrollo material y educativo de aquellos niños que viven en situación de abandono o desamparo familiar en orfanatos de países de la Europa del este. No obstante, nuestro objetivo principal es fomentar la educación de estos menores, creando y financiando talleres formativos, con la idea de que, en el futuro, estos niños tengan la posibilidad de acceder a una buena formación y puedan aspirar a un mejor nivel de vida.

Además, por supuesto, cooperamos al desarrollo de estos menores ofreciendo nuestra ayuda económica para la compra de materiales básicos como comida, ropa, medicamentos, material escolar, etc…

dD: Usted ideó esta iniciativa tras realizar un viaje a Ucrania y ver el día a día de estos niños. Ver a los menores en esa situación debe impactar mucho, pero ¿hay alguna ‘escena’ determinada que no pueda borrar de su memoria?

R: Las condiciones en las que viven los niños son realmente lamentables. En la mayoría de las ocasiones las instalaciones e infraestructuras de los orfanatos son muy antiguas. Cualquier cosa que para nosotros es considerada como un bien básico, para ellos es un lujo inalcanzable. Como ejemplos de estos “bienes de lujo” podemos citar, entre otras muchas cosas, el comer fruta fresca, el asearse con agua caliente o el disponer de libros de texto actualizados para cursar sus estudios. La verdad es que impacta mucho ver a estos menores viviendo en unas condiciones tan básicas.

Por otro lado, hay miles de imágenes que son difíciles de olvidar, pero, quizás, una de las más impactantes, fue aquella en la que me encontré “cara a cara” con algunos niños que sufren de ciertas enfermedades relacionadas con el accidente de Chernóbil. Tras más de 20 años desde aquella gran catástrofe, hoy en día los síntomas perduran en algunas personas, incluyendo a muchos niños que sufren de graves enfermedades. Es una situación realmente dura ver que algunos de esos niños sufren tales enfermedades y no disponen de medios para costearse un tratamiento médico.

En Ucrania se considera un bien de lujo comer fruta fresca o asearse con agua caliente
dD: ¿Cuáles son los problemas principales de los menores? ¿A qué situación se deben enfrentar en su día a día?

R: Los principales problemas de los menores son la falta de alimentos frescos, de una higiene adecuada, de medicamentos y ropa de abrigo, así como falta de material escolar y proyectos educativos adecuados para su desarrollo.

dD: ¿Cómo se les puede ayudar?

R: Nosotros creemos en el principio de la ‘solidaridad activa’. Esto quiere decir que nuestra ayuda será supervisada en todo momento y que se crearán proyectos solidarios realistas que puedan ser gestionados de manera eficaz. Nuestro objetivo es que el 100% de la ayuda recaudada sea destinada a los diversos proyectos solidarios en los que estemos trabajando ¿Y cómo podemos ayudar? Evidentemente, aportando dinero para financiar los distintos proyectos, así como manteniendo “lazos de contacto” con las personas a las que estamos ayudando, realizando visitas a los orfanatos y controlando el buen hacer de la ayuda aportada. Para una información más detallada, se puede visitar nuestra página web: www.orfanatosdeleste.org.

dD: La asociación es muy joven, pero en este tiempo ¿Cómo está siendo la acogida?¿Qué balance hace?

R: En los pocos meses que llevamos trabajando, la acogida ha sido buena, especialmente por parte de familiares, amigos y conocidos. El pasado mes de febrero ya concluimos nuestro primer proyecto. Se llamó ‘Coloreando Sonrisas’ y lo llevamos a cabo en Ucrania. Gracias a la ayuda de muchas personas llegamos a recaudar más de 170 kilos de material escolar y 1.400 euros. Nosotros mismos repartimos el material escolar entre diversos orfanatos ucranianos. El dinero lo empleamos en la compra de alimentos frescos y la realización de un taller formativo para los niños del orfanato de Chervony Khutir, una pequeña aldea situada muy cerca de la frontera con Rusia y Bielorrusia.

dD: ¿Cómo se mantiene la iniciativa que lleva a cabo?

R: Hasta la fecha no contamos con ayuda de ninguna entidad pública. Lamentablemente no es fácil acceder a este tipo de subvenciones. Es como si estas ayudas “ya estuvieran repartidas” de antemano. Al menos, esa es mi sensación. Con este panorama, nuestra asociación solamente se financia con las cuotas de sus socios y con las donaciones que pueda recibir de aquellas personas o empresas interesadas en nuestros proyectos solidarios.

Y, ¿Cuáles son estos proyectos? Actualmente tenemos en marcha dos iniciativas: una que vamos a poner en marcha en la ciudad ucraniana de Yahotyn -y con la que vamos a ofrecer ayuda material y educativa a un pequeño orfanato, en el que viven 26 niños y niñas de diversas edades- y otra que vamos a poner en funcionamiento en Balti, una ciudad situada al norte de Moldavia (el país menos desarrollado de Europa y uno de los más pobres del Mundo). Allí vamos a colaborar con ayuda material y educativa en un orfanato en donde viven 53 niños.

José Manuel Gálvez es un malagueño de 34 años que trabaja como comercial en una empresa de productos químicos
dD: ¿Cree que vivimos en una sociedad solidaria o, por el contrario, iniciativas de este tipo sólo se desarrollan a nivel individual? ¿Cuáles creen que son los principales males de la sociedad actual?

R: Mi opinión es que la sociedad actual está muy influenciada por los medios de comunicación. El caso del terremoto de Haití fue un buen ejemplo de “solidaridad mediática”. Sin embargo, ¿qué ha ocurrido con las desgraciadas inundaciones que ha sufrido Pakistán? En este país ha habido un número mayor de víctimas que en Haití, pero al no haber existido una “publicidad mediática” tan alta, la respuesta solidaria de la sociedad ha sido bastante menor.

No obstante, pienso que la sociedad actual, en general, está perdiendo valores tan nobles como la solidaridad y está ganando otro tipo de principios como el individualismo, el materialismo y la desconfianza.

dD: En algunas ocasiones el ciudadano, cuando pasea por la calle, se puede llegar a sentir ‘bombardeado’ por distintas organizaciones que salen a su paso para pedirle que ayude a alguna causa social, ¿Cree que este tipo de acciones favorece la solidaridad o por el contrario causan rechazo en el ciudadano de a pie? a quien constantemente se le pide dinero, aunque sea por un fin solidario…

R: Entiendo perfectamente la desconfianza del ciudadano. Creo que cada persona que quiera colaborar con una organización social lo primero que quiere saber es en qué se va a emplear su ayuda. Como ejemplo, se puede decir que es muy bonito ayudar a los niños que viven en los orfanatos de los países de la Europa del Este, pero ¿qué orfanatos? ¿qué tipo de ayuda? ¿puede este ciudadano visitar el orfanato al que ayuda o comprobar por sí mismo si su ayuda está siendo eficazmente utilizada? Estas son algunas de las preguntas que cualquier ciudadano podría hacerse y que, en la mayoría de los casos, muchas de las ONGs existentes no saben o no quieren contestar.

En este sentido, ‘Orfanatos del Este’ no tiene pretensiones de ser una gran asociación, con un gran número de socios desinformados. Preferimos ser una asociación más pequeña pero en la que cada uno de sus integrantes esté perfectamente informado e implicado en los diversos proyectos en los que se trabajen. El volumen de la ayuda no es lo más importante, sino la eficacia y sinceridad de la misma.

dD: Según una reciente encuesta del Eurobarómetro, este año se ha triplicado el número de españoles que se oponen a aumentar la ayuda al desarrollo, concretamente se ha pasado del 6% de ciudadanos que se oponían en junio de 2009 a un 17% ¿Cómo valora este dato? ¿Qué mensaje trasladaría a la ciudadanía?

R: Volvemos a lo mismo. Al ciudadano no le interesa la cantidad con la que se ayude, sino que esa ayuda al desarrollo sea efectiva, realizándose un seguimiento de la misma. Lo realmente interesante sería el poder comprobar que el destino de este dinero público, que todos pagamos con nuestros impuestos, sea realmente el de ayudar a los más necesitados. Si hubiese un seguimiento y un control más claro de estas ayudas, así como una información veraz del uso de las mismas, estoy seguro que el resultado de la encuesta del Eurobarómetro sería muy diferente. La opinión de la ciudadanía es sabia y eso, afortunadamente, no puede ser cambiado por nadie.

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