miércoles, 19 de mayo de 2010

Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía

Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía

Enviar Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía a un amigo
Imprimir Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía
Disminuir Letra en Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía
Aumentar Letra en Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía

Se presenta además la monumental serie documental sobre el terrorista Carlos

Esta vez no se dirá que el Festival de Cannes ignora la baza de la novedad. Por primera vez una película ucraniana llega al certamen, ya vimos que lo mismo ocurrió hace unos días con respecto a Chad.

18/05/2010
Jorge Collar (enviado especial)
Cannes 2010, Día 8: Ucrania se estrena, Corea ofrece poesía

Se trata además de una primera película en línea directa sobre la situación en el país, y no puede decirse que su estilo transite por sendas fáciles. Candidata a la Palma de Oro, y en todo caso a la Cámara de Oro -por ser una primera obra-, My Joy (Mi felicidad) está firmada por Sergei Loznitsa, hasta ahora autor de documentales, de valor reconocido. Revelado en 1997 con Hoy construimos una casa, correalizada con Marat Magambetov, Loznitsa aborda por primera vez una obra de ficción, rodada en el Norte de Ucrania con intérpretes no profesionales.

El camionero ucraniano, y los que vienen después

Seguiremos así, para comenzar, a un joven camionero, Serguei, que tendrá una serie de encuentros insólitos. Sometido a controles arbitrarios, encontrará a un veterano que le cuenta una historia de la guerra, luego a una menor que se prostituye y que intenta, sin éxito, reorientarse por el buen camino, antes de ser atacado por un grupo de ladrones sin escrúpulos.

El personaje que parecía central desaparece dejando paso a otros, siempre hay policías corrompidos y gentes dispuestas a cometer malas acciones. Tampoco falta un viejo loco que evoca las ejecuciones de masas de oficiales -posible alusión a Katyn o a otros episodios semejantes-. El espectador se encuentra a menudo perdido con la llegada de nuevos personajes, y con la acumulación de horrores diversos. Resulta evidente que Sergei Loznitsa tiene una visión sombría de la ideología dominante en su país, heredada del comunismo, y quizá también de la llegada del materialismo occidental. Pero es cierto que es difícil hacerse una idea de conjunto, no tanto de las intenciones del autor, como del significado concreto de cada episodio, pues la obra tiene un valor simbólico. Notemos, en fin, que la forma cinematográfica está perfectamente dominada, y que Loznitsa obtiene resultados extraordinarios de sus intérpretes no profesionales.

Poesía coreana

El coreano Lee Chang-soo ha hecho en Cannes un recorrido clásico. Llegada a la Quincena de Realizadores en 2000 con Peppermint Candy, paso por la Semana de la Crítica con Oasis, en 2003, al tiempo en que era nombrado Ministro de la Cultura de su país, y en fin, entrada en la competición oficial en 2007, donde la actriz Jeon Do-yeon ganaba el premio de interpretación femenina con la pelicula Secret Sunshine. Vuelve ahora con una obra singular -Poetry-, que protagoniza una vieja gloria del cine coreano, retirada desde hace quince años, y con mas de 300 películas en su haber: Yoon Jung-hee, que ronda los 70 años.

Y da vida a Mija, una abuela que educa sola a su nieto y descubre una pasión tardía por la poesía, al inscribirse en un club de poetas de su barrio. Mija descubre la belleza del mundo, que hasta ahora le había pasado inadvertida, pero pronto la realidad se impone. Una joven ha sido victima de una violación colectiva, lo que la ha conducido al suicidio, la policía investiga y pronto todo apunta a que el nieto de Mija se encontraba entre los agresores. Este desconcierto se agrava porque le diagnostican la enfermedad de Alzheimer. Su mundo se fragmenta así entre la realidad y la imaginación, mientras aborda además la dualidad de la belleza de la naturaleza y la podredumbre de ciertas acciones inmorales. Lee Chang-dong ofrece así una de las obras mas originales del Festival, y ello aunque su acceso para el gran público no será fácil.

Carlos, o la televisión va al cine con el Festival como "rehén"

Los problemas de organización que ha impuesto la proyección de Carlos, de Olivier Assayas han estado a punto de provocar un colapso en el Festival: y es que programar una obra de 5 horas y 19 minutos, reservadole además la Gran Sala Lumière, debía crear, necesariamente, problemas. Como se sabe, la película no compite, y además no puede hablarse de momento de película, sino de una serie de televisión en tres capítulos que cuenta la historia de Carlos, el terrorista encarcelado en Francia desde hace años, que purga una pena por el asesinato de tres policías, que vinieron a detenerle en París.

Se nos advierte para empezar que la documentación previa a la película no permite resolver todos los misterios de la vida de Carlos, y que la serie debe considerarse como una ficción, incluso si sigue paso a paso una serie de acontecimientos reales. Imposible resumir las horas de proyección, solamente recordar que Carlos se convertiría, gracias a su audacia, en el mito de revolucionario marxista del los años 70 y 80, a la vez figura de la extrema izquierda propalestina y mercenario a sueldo de los servicios secretos de ciertos Gobiernos del Oriente Medio. Así, por ejemplo, la película presenta la captura de rehenes de los Ministros del OPEP en Viena, que abre el segundo episodio, como un plan orquestado por Saddan Hussein. Su largo y tortuoso itinerario terminará bajo la dictadura islámica de Sudan, que tras haberlo protegido lo entrega a Francia, donde podía ser juzgado por el asesinato de los tres policías.

Olivier Assayas explota con habilidad la importante materia dramática de la historia de Carlos, haciendo de él un símbolo de una revolución mundial que ha perdido su razón de ser con el derrumbamiento del Imperio Soviético. Se sigue el esquema clásico de este tipo de películas, señalando las fechas y los lugares de cada escena, dando además, en muchos casos, los nombres exactos de los personajes que aparecen en la pantalla. Edgard Ramérez, actor venezolano que aparecía ya en el Che, el argentino, de Steven Soderbergh, ofrece generosamente no sólo su anatomía, sino sobre todo una versión interesante del personaje, que pasa por muy diversas etapas, incluso físicas, en su actuación. En fin el tema es tan rico que Canal +, productora de la película, prepara una versión de dos horas que deberá ser presentada más tarde en los cines.

No hay comentarios: