miércoles, 3 de marzo de 2010

Ucrania: ¿jaque mate a la reina?

3 de marzo de 2010, 10:48Kiev, 3 mar (PL) La aprobación de una moción de censura contra el gobierno ucraniano devuelve hoy a la oposición a la primera ministra Yulia Timoshenko para marcar una lucha personal por el poder, arropada en consignas democráticas y pro-europeas.

Al intervenir ante la Rada Suprema (parlamento unicameral), la jefa de gabinete se arrogó el derecho de acusar de antidemocráticos, antiucranianos y antieuropeos a todos los diputados que osaran pronunciarse contra su equipo ministerial.

Para la también llamada Dama de Hierro ucraniana, el gobierno y la coalición mayoritaria legislativa, cuya ruptura se anunció la víspera, eran las últimas barricadas de la democracia en el país.

En varias ocasiones, la prensa local publicó informaciones sobre las quejas existentes dentro de las filas del bloque de Timoshenko (BIUT) por el inusitado carácter personal de las decisiones adoptadas en el seno de esa organización, formada por una veintena de agrupaciones.

Por otro lado, la jefa de Gobierno afirmó que para el próximo día 9 convocaba una manifestación contra el presidente Viktor Yanukovich y para presentar su plataforma opositora, en la misma fecha en que en 2001 se inició una campaña masiva contra el presidente Leonid Kuchma.

La primera ministra desoyó argumentos aportados por el jefe de la campaña electoral presidencial de Yanukovich y uno de los candidatos a dirigir el nuevo Ejecutivo, Nikolai Azarov, quien afirmó que el gabinete de Timoshenko llevó al país al descalabro económico.

En 2009, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) fue de casi 15 por ciento, lo cual llevó a Azarov a indicar que la nación se encuentra en la peor situación socio-económica de los últimos 20 años.

Por primera vez en una década, el país carece de presupuesto, algo a lo que contribuyó el propio Ejecutivo para, según la prensa local, acceder a los medios necesarios destinados a la campaña electoral presidencial del defenestrada jefa del equipo ministeial.

En los años de gobierno de Timoshenko, el país registró retrocesos en todas las esferas de la vida, mientras su política financiera estuvo subordinada a la coyuntura política nacional, declaró Azarov.

Para Timoshenko, con el triunfo de Yanukovich en la segunda ronda de las elecciones presidenciales el pasado 7 de febrero, a esta nación es necesario protegerla de un poder totalitario, capaz de acaparar las propiedades estratégicas.

Antes de abandonar su cargo de jefe de Estado, tras conocerse el ganador en los comicios, el presidente saliente Viktor Yuschenko recordó a Timoshenko que aún se desconocían todos los detalles del proceso judicial abierto en su contra a principios de este siglo.

La primera ministra denunció un supuesto complot político en su contra, cuando en 2001 fue acusada de malversar dinero relacionado con la esfera del gas, donde en su tiempo inició su ascendente carrera política, al casarse con un empresario de ese sector.

Algunos analistas locales reconocen que Timoshenko trabaja más fácil en la oposición, pues carece de responsabilidad alguna por el programa económico o la política exterior que se lleva a cabo en ese momento y se encuentra en una posición cómoda para hostigar.

El propio Yanukovich la acusó durante la campaña electoral para la segunda vuelta de las presidenciales de situarse como un político de la oposición cuando en realidad estaba al frente del Ejecutivo.

Ahora, inicia acciones para intentar llevar a los ucranianos a las calles, como ocurrió hace nueve años atrás contra Kuchma, un proceso de protesta nacional que desembocó en la llamada Revolución naranja de finales de 2004, cuando fue necesaria una tercera ronda presidencial.

Sin embargo, en los últimos cinco años de gobierno de los naranjas, los ucranianos tuvieron tiempo de realizar un cambio radical de opinión, al menos de eso hablan las encuestas.

Un reciente sondeo de Instituto de Kiev para Problemas de Dirección indicó que el 81,4 por ciento de los interrogados se pronunció a favor de la integración de Ucrania a la Unión Aduanera (UA), formada ahora por Belarus, Rusia y Kazajstán.

Además, 48,2 puntos porcentuales de la población considera que Ucrania debe ingresar a la UA, aún cuando ello signifique la pérdida de las perspectivas de convertirse en Miembro Asociado de la UE.

Otro 52,7 por ciento se pronuncia por crear un consorcio entre Ucrania, Rusia y la Unión Europea (UE) para la explotación y modernización de la red de gasoductos.

Ambas propuestas las planteó Yanukovich durante su campaña electoral, al igual que el equilibrio en los nexos con Rusia, la UE, Estados Unidos y otras potencias, mientras Timoshenko defiende ahora un "europeísmo a ultranza" para Kiev.

Pero el tiempo es una dimensión implacable.

La ley ucraniana sólo permite la formación de un gobierno a propuesta de una coalición mayoritaria oficialmente registrada en la Rada, como lo formaban hasta ayer el BIUT, la alianza Nuestra Ucrania-Movimiento Autodefensa (NU-MA) y el bloque de Vladimir Litvin (BL).

Pero en la votación de esta jornada, 243 diputados, por encima del mínimo necesario de 226, votaron a favor de la moción de censura contra el gabinete, incluidos los del PR, del BL, los comunistas, parte de la NU-MA y siete del propio BIUT.

Ahora, los regionalistas deben formar una nueva mayoría en la Rada en un plazo de 30 días, aunque Nikolai Efremov, del PR, prometió hacerlo en esta semana. En caso de cumplirse el plazo sin una coalición, Yanukovich deberá disolver el legislativo.

El tiempo en ese caso estaría a favor de Timoshenko, que gobernaría por otros seis meses de forma interina, pero con los recursos del Estado, prestos a financiar una nueva contienda en las urnas con resultados imprevisibles para el PR, que en 2007 fue el más votado.

La jefa de Gobierno ucraniana esta más bien bajo la presión de jaque, pero aún parece dar algunos pasos, antes de que se le pueda declarar mate en el tablero político ucraniano.

ocs/to

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