lunes, 22 de marzo de 2010

Khatin 67 años después. Memoria y revisionismo

una aldea cercana a Dnipropetovsk quemada por la policia ucraniana.
Hoy 22 de marzo se cumplen 67 años de la masacre de Khatyn (o Jatyn). No ha sido poco lo que he leído todos estos días sobre esta aldea bielorrusa, y en demasiadas ocasiones me he encontrado con una historia sesgada, manipulada, incluso negacionista puesta al servicio de otros intereses que van más allá del recuerdo u la honra de las victimas. (Nota: Aún sabiendo que hago mal, que lo correcto es transcribir la aldea como Jatyn y no como Khatyn, respeto la transcripción anglosajona que tantos quebraderos ha dado en este caso y mantendré la forma Khatyn a lo largo de la entrada).

¿Qué pasó en Khatyn el 22 de marzo de 1943?

Quizá lo primero sea conocer la versión que dieron los responsables de la matanza:

El Jefe de Distrito de las SS y de la policía de la región Borisov:

Por la presente se informa: El 22.03.43 entre Pleschanitsy y Logoisk fueron destruidas las lineas de teléfono. Para proteger los equipos de reparación y la posibilidad de retirar los escombros en la carretera a las 9.30 horas se enviaron 2 pelotones del 118 º Batallón de la Policía bajo el mando de la policía secreta de Hans Woellke.

A aproximadamente 600 metros de la aldea de Big Bay se reunieron a los madereros. Cuando se les preguntó si habían visto a los bandidos, respondieron de forma negativa. Cuando un destacamento recorrió otros 300 metros, se vieron bajo el fuego de una ametralladora pesada y de varias armas pequeñas. En la batalla cayó Hans Woellke y tres policías de Ucrania, otros dos policías resultaron heridos. Después de un breve pero feroz enfrentamiento el enemigo se retiró en dirección este (Khatyn), sufriendo muertos y heridos.

Después de esto, el comandante del pelotón detuvo el combate, porque las propias fuerzas de combate no eran suficientes. En el camino de vuelta los madereros fueron detenidos, porque se sospecha que están ayudando al enemigo. Varios de los trabajadores detenidos trataron de huir. Así, nuestro fuego mató a 23 personas. Los prisioneros restantes fueron llevados para ser interrogados al cuartel en Pleschinitsy. Pero debido a que su culpabilidad no se pudo probar fueron liberados.

Para el enfrentamiento contra el enemigo se envió una gran fuerza, incluidas las unidades del batallón de SS Dirlewanger. El enemigo, por su parte fue a la aldea de Khatyn, conocida por su amistad con los bandidos. El pueblo fue rodeado y atacado por todos lados. El enemigo puso una resistencia tenaz y mantuvo el fuego desde todas las casas, así que tuvimos que utilizar las armas pesadas – cañones antitanque y morteros.

Durante los combates, junto con 34 bandidos murieron muchos residentes de la aldea. Algunos de ellos perecieron en las llamas.

12.04.43

Erich Körner, Mayor de la policía de seguridad.

En realidad lo que ocurrió fue que los alemanes irrumpieron en Khatyn, donde no estaban los partisanos y sus habitantes no sabían nada de lo ocurrido, les juntaron a todos en el granero y le prendieron fuego. 149 personas perdieron la vida, entre ellos 75 niños, algunos de ellos de pocas semanas de vida. Una historia similar a las de más 600 aldeas bielorrusas que corrieron su misma suerte.



Khatyn empezó a cobrar protagonismo a mediados de los años 60 del siglo XX. La política de Breznev de acabar con el nacionalismo ruso en la Unión Soviética propició que honores reservados a Rusia aparecieran en las repúblicas “hermanas” pero manteniendo el sufrimiento y la gran victoria contra el fascismo como hito de la identidad soviética . (Kiev fue reconocida como como ciudad héroe en 1961, Moscú, Leningrado y Stalingrado lo fueron en 1945; Minsk debió esperar hasta 1973).

El partido comunista de Bielorrusia decidió hacer un gran memorial para honrar la memoria de los más de dos millones de bielorrusos muertos durante la Gran Guerra patriótica (uno de cada cuatro, aunque últimas investigaciones lo elevan a uno de cada tres), las 628 aldeas destruidas con todos su habitantes, los más de 4600 asentamientos destruidos con parte de sus habitantes, la represión y el genocidio sufrido durante los 3 años que duro la ocupación de Bielorrusia.

El complejo de Khatyn fue inaugurado el 5 de junio de 1969. Pero en occidente no empezó a ser conocido hasta que el presidente de los EEUU Richard Nixon lo visitara en julio de 1973. A partir de aquí comenzó el revisionismo.


Hans Willkie, el oficial asesinado en la cercanias de Khatym (Fotograma de Olimpia)
Revisionismo y negacionismo

La visita de Nixon a Khatyn, en el contexto de la distensión propiciada por Breznev, llevó a que algunos “expertos” occidentales vieran cosas que no sucedieron. Equivocadamente pensaron que Khatyn era Katyn, el lugar donde Stalin ordenó a la NKVD asesinar a más de 10.000 oficiales polacos prisioneros de guerra. Y también pensaron que la URSS de esta manera reconocía el gran crimen levantando un memorial en contra de las victimas de la guerra en un lugar tan especial. Nada de eso o era cierto, la Unión Soviética seguía negando su responsabilidad en la matanza de Katyn (solo lo haría en 1990), y Khatyn no era más que una coincidencia.

Rápidamente el revisionismo se puso a trabajar sobre el asunto, y los negacionistas aseguran desde entonces que Khatyn nunca existió, que fue una invención del régimen soviético para distraer la atención de Katyn y de la masacre de los oficiales polacos. Esto es lo que afirma el revisionista y negacionista “Institute for Historical Review” los mismos que niegan la existencia del holocausto judío o la responsabilidad de Hitler en el genocidio judío. Lo que más pena da es que el padre de la teoría de la inextencia o negacionismo de Khatyn es Louis Fitzgibbon. este hombre fue desde 1971 hasta 1977 Secretario del Fondo Memorial de Katyn. También se desempeñó como presidente de la Comisión de Katyn Memorial en Londres, que organizó la erección de un obelisco dedicado a las víctimas polacas de que él y su esposa habían diseñado. Fitzfgibbon es autor del libro “Los 10.000 perdidos” que sirvió para que occidente supiera de Katyn y que no cayera en el olvido el crimen contra los oficiales polacos. Gracias al esfuerzo de Fitzgibbon los polacos obtuvieron su primer memorial, en Londres, pero su odio a los soviéticos le llevó a una postura muy parecida a la que combatía.


El memorial de Katyn en Londres y del que Fitzgibbon fue máximo responsable.
La teoría de la inexistencia de Khatyn es tan endeble e inconsistente como todas las teoría negacionistas. En este caso se basa en prejuicios solo comprensible por anglosajones. Efectivamente Khatyn no existía en los mapas anteriores a los años 70, (el del año 1956) pero es que fue una aldea destruida y no reconstruida. Y sobre todo es bochornoso basarse en la similitud fonética, Khatyn y Katyn se pronuncia en inglés de ila misma manera si el que lo lee no sabe como se transcribe del ruso (en ambos casos leerá Katyn), en castellano la diferencia está más clara (Jatyn y Katyn), en ruso Хатынь y Катынь. Pero es que de todas maneras, es una solemne tontería, es como decir que ha ocurrido algo en Palencia para desviar la atención sobre Valencia ¿qué clase de cortina de humo es esa?

Yo tengo mi propia teoría de por que Khatyn. De todas las aldeas que fueron destruidas y sus habitantes asesinados, no fue la más grande de todas pero es la que mejor comunicada está. A poco más de 40 kilometros de Minsk, muy cerca de la autopista que une Minsk con Vitebsk, todo ello hacía de Khatyn la candidata ideal para albergar el memorial.


Khatyn en la red viaria de Bielorrusia
Lo cierto es que hoy en día el negacionismo de Khatyn, al menos en circulos academicos, ha pasado a la historia. Sin embargo el revisionismo continua. Hace un par de años Belsat, la emisora pagada por el Departamento de Estado Norteamericano emitía via satélite un documental “La verdad sobre Khatyn” donde se señalaba como responsables últimos de la tragedia de Khatym a los partisanos, ya que estos sabían como se las gastaban los nazis con las poblaciones de los alrededores cuando algun ss moría en una acción partisana. Incluso se apunta a que el hecho de que el muerto fuera Hans Woelkke, medalla de oro en Berlín 1936 y estrella fugaz del film “Olimpia” de Leny Riefenstahl, y un favorito de Hitler, como un factor determinante en la respuesta de la venganza fascista. No me lo invento, de verdad que se dice eso, incluso historiadores se hacen eco de esta teoría sobre la responsabilidad última de los partisanos.

Durante el congreso de “memoria histórica en Ucrania” (donde también encontramos al Departamento de Estado norteamericano) de noviembre del 2009 y dentro del contexto de las pasadas elecciones de la duma ucraniana se ponía como ejemplo de manipulación de la memoria a Bielorrusia. No debían elegir 1944, el año que se expulso a los nazis, si no 1991, el año que se disolvió la Unión Soviética como fiesta y memoria nacional. En ese congreso Alexandra Goujon, historiadora francesa, acusaba de antisemita a Bielorrusia por equiparar el sufrimiento bielorruso al judío, de minimizar la colaboración entre nativos y las SS y se hace eco del disparate de la última responsabilidad moral de los partisanos en la matanza de Khatyn (el texto se puede descargar aquí).


SS alemanes y policías ucranianos
Supongo que lo correcto en la memoria es lo que hizo Victor Yusenko, el presidente saliente de Ucrania, que concedió la medalla de honor a Stepan Bandera, líder ultranacionalista del URA, y de donde se nutrieron precisamente la mayor parte de colaboracionistas ucranianos, incluidos los que participaron en las atrocidades en Bielorrusia. O la memoria del Vaticano, que reclamó y consiguió la libertad de la división SS “Galitzia”, compuesta por ucranianos occidentales, prisionera y desarmada al final de la guerra por ser “fieles católicos y buenos anticomunistas” pese a que el tribunal de Nurenmberg había declarado a cualquier SS criminal de guerra . O la memoria de Francia, muchos de los criminales ucranianos de los batallones de policía de las SS, tras ser liberada la Unión Soviética, fueron enviados a Francia para combatir a los partisanos franceses. Sin embargo se cambiaron de bando ante las negras perspectivas y cuando acabo la guerra, evitaron cualquier juicio enrolandose en la legión francesa. Fueron a luchar a Argelia, donde volvieron a dejar muestras de lo que eran capaces.

Me hago mala sangre, mejor lo dejo, y más allá de cualquier consideración política, que el 22 de marzo sirva para recordar a las victimas de cualquier genocidio, de eso se trata en el memorial de Khatyn, se puede visitar virtualmente pinchando aquí (las campana que suena cada 5 segundos, significa la frecuencia a la que moría un bielorruso durante la segunda guerra mundial).

Para terminar, una entrevista con Elen Klimov, el director de “Ven y Mira” habla de su película más famosa.

1 comentario:

Lev Mishkin dijo...

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