La idea de estructurar un espectáculo de gran formato donde se recorre el repertorio del ballet clásico dirigido a los más pequeños es magnífica en sí misma. No en vano, argumentos de títulos como Coppelia, Cascanueces o La bella durmiente tienen su base en la literatura infantil.
Estas obras, junto a fragmentos de El lago de los cisnes, se podrán ver en el Teatro de Madrid, interpretadas por la compañía de la Ópera de Lviv (Ucrania) en El gran ballet de los cuentos (del jueves 25 de marzo al 4 de abril), con las coreografías tradicionales de Marius Petipa (de quien se conmemoran 100 años de su muerte) y de su mano derecha, Lev Ivanov, el otro genio del ballet académico ruso.
Otras obras del programa proceden de la era soviética, como La creación del mundo, con música de Andrei Petrov, o Noche de Walpurgis, bailable de la ópera Fausto de Gounod que adquirió carta de naturaleza en los teatros rusos gracias a la redacción, hoy considerada clásica, de Mijail Lavroski. El gran ballet de los cuentos está dirigido por Igor Jramov, quien extiende el abanico hasta Scherezade de Mijail Fokin, obra emblemática de las primeras giras de Diaghilev.
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