miércoles, 24 de febrero de 2010

Ucrania frente a la OTAN

Las últimas elecciones en Ucrania demuestran que la ruta ascendente del desarrollo histórico puede sufrir tropiezos y hasta retrocesos pero, al fin y al cabo, se reproducirán los impulsos que hacen adelantar la rueda de la historia. Esta semana el tribunal electoral ha confirmado el triunfo de Víctor Yanukovich sobre su rival Yulia Timoshenko. Hasta la segunda vuelta, realizada el domingo 5 de febrero, Ucrania estaba gobernada por Víctor Yushenko y precisamente por la Timoshenko, en el puesto de primera ministra. Los tres personajes nombrados fueron candidatos tanto en las últimas elecciones, como en las de 2004. Éstas también fueron ganadas por Yanukovich, pero en medio de una feroz campaña que desembocó en lo que se llamó la ¨revolución naranja¨. Ésta formó parte de lo que se llamó las ¨revoluciones de colores¨ que, en general y sobre todo en el espacio geográfico de la antigua Unión Soviética y el campo socialista, fue la imposición de regímenes conservadores y prooccidentales. La culminación de los cambios contrarrevolucionarios.

La ¨revolución naranja¨ fue una admirable operación desde el punto de vista del manejo de la propaganda y de la psicología de masas y de la comunicación. Recordamos cómo, en el año 2004, convencieron que Yanukovich había recurrido hasta al uso de substancias tóxicas que deformaron el rostro de Yushenko. Hablaron de un enorme fraude a favor de Yanukovich, de intromisión rusa, etc. La derecha más recalcitrante recibió casi abiertamente ayuda material externa para sus movilizaciones y ni qué decir de la batería de medios de comunicación puesta a su servicio. Finalmente lograron sentar en el gobierno a Yushenko. Lo únicó que lograron fue empobrecer más al pueblo ucraniano. La crisis global se tradujo, en Ucrania, en el descenso del 15% del PIB.

La razón de este barullo político es la geopolítica. De todas las repúblicas soviéticas, la República Socialista Soviética de Ucrania era, sin lugar a dudas, la más importante desde todo punto de vista. Tenía la economía, la industria, la agricultura, los centros de investigación, etc. más importantes, después de la Federación Rusa. En materia de producción de granos se la conoce de antes como el granero de Europa. Es, además, zona de tránsito de petroductos; el gas destinado a Europa occidental pasa por allí. Tiene una desarrollada industria de armamentos y destacados científicos de la aeronáutica. Según algunas fuentes posee, después de Rusia, el ejército más grande de Europa. Todo esto hacía de Ucrania una presa codiciada y sobre todo anhelado miembro de la OTAN. Yushenko lo prometió e incluso envió tropas a Irak, a Afganistán, a Kosovo. Pero no contaron con el profundo rechazo de una sociedad que no por algo se había formado y desarrollado en la URSS. El forzado vencedor del 2004 recibió un monumental castigo electoral, sólo el 5,4% de los votos, en tanto que el derrotado Yanukovich ya en la primera vuelta recibió el 35% No es que éste sea un dechado de virtudes revolucionarias y avanzadas. Ha sido apoyado por la auténtica izquierda porque su programa, por lo menos, es de un nacionalismo moderado y sobre todo de rechazo a la OTAN. Ucrania quiere paz y bienestar.

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