lunes, 5 de octubre de 2009

“Escribir sale del mismo corazón, es una vivencia propia”


ImageLa escritora Aida Berliavsky proviene del mundo de la imagen, concretamente de la producción de productos audiovisuales y la elaboración de guiones. Nacida en Méjico, llegó a los diez años a vivir a Madrid. La autora de Doron Benatar declara que carecía de experiencia previa con la literatura, y que este segundo libro nació como un guión, presentado por Berliavsky para un proyecto de serie de televisión.
–¿Cómo pasó a ser el guión se una serie de televisión su segundo libro?
–Pues el director de mi equipo de guiones pensó que, debido a la crisis, el proyecto no era económicamente viable, así que me sugirió que lo trasladase a literatura. Me pareció pretencioso adentrarme en esto, pero él insistió y me puse a ello.
–¿Cómo afrontó el proceso de creación de la novela?
–Seguí dentro de los parámetros de un guión: con un formato descriptivo, ágil, el lenguaje que yo sabía escribir. Nunca esperamos que fuese un libro que se vendiese tanto y que la gente joven lo aceptase tan bien. Creo que encuentran la novela fácil de leer. Algo que me suelen decir es que al leer la novela les parece estar dentro de la escena.
–¿Qué características tiene el personaje de la novela?
–Es un detective. El género es novela negra, con algunos matices ya que el protagonista es joven, dubitativo, un poco filósofo. Además, le puse judío, como yo. Él duda de su pasado, pero termina dándose cuenta de que la pluralidad cultural es el camino.
–¿El libro refleja el choque o la convivencia de las culturas?
–El libro es como la vida, con su lado positivo y negativo, así que refleja el choque pero también la convivencia. De todas formas, el protagonista, antes que judío, se siente madrileño, que es la ciudad donde vive y en la que no se siente en minoría.
–¿Surgió primero la trama del libro o la necesidad de hablar de la diversidad cultural?
–Primero surgió la trama, aunque sí que quería mostrar que en Madrid hay judíos, yo soy la muestra, y tengo amigos de todas las religiones y culturas.
–¿Qué autores le interesan en la actualidad?
–Muchísimos. Aunque todo sudamericano te va a decir que García Márquez, y yo no voy a ser diferente. Es nuestro padrecito, le decimos así. Tiene una literatura preciosa, su mundo te llega al alma. Tengo un preferido, que es judío, se llama Isaac Bashevis, premio nobel de literatura en el 78. Lo que me gusta de él es su origen, proviene de Ucrania al igual que mi familia.
–¿Qué le diría a los jóvenes que se plantean empezar a escribir?
–Que escriban. Escribir sale del mismo corazón, es una vivencia propia. Todas las artes son personales, pero escribir es la esencia que brota de las entrañas. Cuando lees cosas que escribiste en el pasado, te das cuenta de que reflejan cosas que ni tu mismo sabías. He nacido en Méjico, no en Argentina, sino diría que es un autoanálisis (risas).
–El oficio de escritor, ¿qué tiene de glamuroso y qué de sacrificado?
–Lo parece pero luego no es nada glamuroso. Es sacrificado en el sentido de que tienes que cumplir los plazos y revisar el material. Tengo que seguir enfrentándome a errores, en parte por mi procedencia sudamericana. Hay trabajos de investigación y revisión. lo que juega a mi favor, porque el cine es así.
–¿Cree más en la inspiración o en el trabajo diario?
–Creo que hay dos aspectos. Hay escritores, como García Márquez, que nacen con el don, o Pablo Neruda. Por mucho que uno trabaje jamás llegará a ser como ellos. Yo lo tengo asumido, los genios nacen. Pero estamos otros que caminamos como otro trabajador más, lo cual no es malo, uno hace su creación de la forma más honrada que puede

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