Varsovia. — El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, firmó el Tratado de Lisboa, dejando a la República Checa como el único país de los 27 de la Unión Europea pendiente de ratificarlo.
El tratado busca reformar a la Unión Europea, agilizando la toma de decisiones y por tanto limitando el margen de decisión nacional. Para eso se crea, entre otras cosas, la figura de un presidente europeo, con un mandato más largo que la presidencia semestral rotativa actual. Para entrar en vigor tienen que ratificarlo los 27 Estados miembros.
Ahora, “solo falta la firma del presidente (checo) Vaclav Klaus. Europa espera deseosa que esto ocurra. Europa no necesita más retrasos”, arengó el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, quien ocupa la presidencia semestral de la UE. El checo Klaus estableció sus condiciones el viernes, cuando pidió una exención para proteger a Praga de las reclamaciones territoriales vinculadas con la Segunda Guerra Mundial.
Ucrania y Georgia. El polaco Kaczynski es, como el presidente checo, un conservador euroescéptico, pero finalmente firmó el tratado. “La UE sigue siendo una unión de Estados soberanos, una unión estricta, y dejemos que siga siéndolo. En una asociación de Estados soberanos lograremos éxitos crecientes”, declaró el mandatario polaco. “Ahora tenemos 27 Estados miembros. Estoy profundamente convencido de que este no es el final. La UE, un experimento exitoso sin precedentes en la historia humana, no puede cerrarse a los que desean entrar, no solamente en los Balcanes, sino también a Ucrania y Georgia”, afirmó Kaczynski, poniendo el acento en un asunto delicado, cual es la expansión de la UE hasta el mismo Cáucaso. Georgia y Ucrania mantienen un duro enfrentamiento con Rusia, antigua potencia dominante en tiempos soviéticos.
El presidente polaco se había negado a firmar el Tratado de Lisboa, aprobado en 2008 por el Parlamento, hasta que no fuera apoyado por los irlandeses. Irlanda finalmente votó por el “sí” a Lisboa el 2 de octubre, tras haberlo rechazado el año pasado. El Parlamento polaco agregó, por insistencia de Kaczynski, un decreto en el que se recogían las principales exigencias conservadoras, que piden una referencia expresa a la supremacía de la legislación polaca frente a la europea y a la Carta de Derechos Europeos. “El tratado cierra la primera etapa de la ampliación de la Unión Europea. Somos testigos de una firma muy importante”, afirmó el titular de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dando por descontado el último “sí” que falta, el checo. l
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