miércoles, 15 de julio de 2009

Los inmigrantes brasileños en Portugal aumentaron un 37% en 2008

El número de inmigrantes brasileños en Portugal aumentó un 37 por ciento en 2008, hasta los 106.961, y supone casi la cuarta parte de la población foránea en este país, informó hoy el Servicio luso de Extranjeros y Fronteras (SEF).

En términos totales, la población extranjera en Portugal creció el año pasado sólo un 1 por ciento, hasta las 440.277 personas, frente a las 435.736 registradas en 2007.

El SEF indicó que el notable aumento de la inmigración brasileña se registra desde comienzos de esta década "a través de un crecimiento fuerte y continuo de esa comunidad", que en 2007 contaba con 66.354 ciudadanos en territorio portugués.

El informe de inmigración del SEF apunta también que, mientras 2007 fue "un año de transición", 2008 fue "el año cero de una nueva etapa en los ciclos migratorios" hacia Portugal.

Esto explica que otro país, Ucrania, haya ascendido al segundo lugar en número de inmigrantes, con 52.495, frente a los 39.480 del año anterior.

La otra escalada significativa es la de Rumanía, que pasó de 19.155 inmigrantes en 2007 a 63.925 el año pasado, y se convierte en el país de la Unión Europea (UE) con más ciudadanos residentes en territorio portugués, un puesto que tradicionalmente ocupaba el Reino Unido.

En cambio, las ex colonias lusas de Cabo Verde y Angola registraron un importante descenso de inmigrantes: los caboverdianos residentes en Portugal pasaron de 63.925 en 2007 a 51.352 en 2008 y los angoleños de 32.728 a 27.619.

También descendió el número de inmigrantes procedentes de comunidades consolidadas entre la población extranjera de Portugal como Guinea-Bissau, Reino Unido y España.

La gran subida en algunos de esos colectivos no se nota en los datos absolutos, debido a que fue compensada por la marcha de ciudadanos de otras nacionalidades o por aquellos que solicitaron la nacionalidad portuguesa, según el organismo.

Hasta la década de los 60 Portugal fue un país predominantemente emigrante, cuya población marchaba a trabajar a Europa y las colonias africanas.

Este fenómeno cambió a partir de la revolución del 25 de abril de 1974, que terminó con la dictadura lusa y al año siguiente supuso la independencia de las colonias de África, lo que provocó la vuelta a la antigua metrópoli de muchos ciudadanos de esos territorios.

En las décadas de los 80 y los 90 el flujo migratorio hacia Portugal se consolidó, principalmente desde Brasil y África, y a partir de 2.000 aumentó de forma exponencial el número de inmigrantes procedentes de Europa del Este, en particular de Ucrania.

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