sábado, 25 de abril de 2009

La ONU lanza un nuevo programa de información para las víctimas de Chernóbil

Naciones Unidas, 24 abr (EFE).- La ONU lanzó hoy un programa con un presupuesto de 2,5 millones de dólares para proporcionar información adecuada a las comunidades de Bielorrusia, Ucrania y Rusia que en 1986 resultaron afectadas por el accidente de la central nuclear de Chernóbil.

El programa de tres años elaborado por varias agencias de Naciones Unidas tiene como objetivo proporcionar información científica de manera comprensible a los residentes de los territorios afectados por el accidente, del que el próximo domingo, día 26, se cumple el 23 aniversario.

"La población necesita contar con la mejor información posible para poder tomar buenas decisiones", dijo hoy en un comunicado de prensa la administradora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark.

La responsable de la agencia del organismo mundial señaló que el proyecto trasladará la información científica "en consejos prácticos y precisos que ayudarán a la gente a vivir con seguridad en las zonas afectadas por Chernóbil, aliviará sus miedos y contribuirá a devolverles a la normalidad".

La iniciativa llevada a cabo por cuatro agencias de Naciones Unidas se enmarca dentro de la resolución adoptada en 2007 por la Asamblea General, en la que se insta a asistir a estas comunidades a "regresar a la normalidad" antes de 2016.

Entre las actividades que se llevarán a cabo se incluye la instrucción de maestros, médicos y líderes sociales sobre la situación en que se encuentran los niveles de contaminación, así como la creación de centros de información en áreas rurales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los efectos del accidente nuclear en la ahora desaparecida Unión Soviética fueron "mucho menores de lo que originalmente se temió".

La razón es que la inmensa mayoría de los 5 millones de personas que vivían en la zona que se consideró afectada por la radiación emanada de la central estuvieron expuestas a dosis muy bajas.

Según la ONU, la principal consecuencia fue el profundo impacto psicológico que sufrió la población, en forma de ansiedad, miedo permanente y estrés, especialmente entre las 330.000 que fueron obligadas a abandonar sus hogares.

Además, 47 de los 143 bomberos y trabajadores que recibieron altas dosis de radiación tras el accidente murieron a consecuencia de la enfermedad.

Unas 5.000 personas que entonces eran niños contrajeron cáncer de tiroides, pero solamente 15 han muerto desde entonces, según datos de la OMS, que advierte que los pacientes con ese tipo de cáncer tienen un 99 por ciento de probabilidades de supervivencia.

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