sábado, 21 de febrero de 2009

La OTAN aplaza el ingreso de Ucrania y Georgia

La reunión informal que los ministros de Defensa de la OTAN han mantenido en la ciudad polaca de Cracovia finalizó hoy sin acuerdo alguno respecto al ingreso de Ucrania y Georgia, dos países antiguas repúblicas soviéticas que aspiran a ser miembros de la Alianza para completar su proceso de democratización, mientras que Rusia se opone categóricamente porque considera que atentaría a sus intereses y seguridad.
La Alianza frenó la adhesión de Ucrania y Georgia porque considera que «queda trabajo por hacer» y porque cree oportuno seguir dialogando con Rusia, objetivo del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como recordó hoy su secretario de Defensa, Robert Gates, y de países que hasta ahora han mantenido una relación conflictiva con Moscú, como Polonia.
España es partidaria de no conceder el Plan de Acción para la Adhesión (MAP, en su sigla en inglés) a Kiev y Tbilisi porque, según el ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, «aún deben hacer progresos en sus obligaciones y responsabilidades», y Francia mantiene una postura muy similar.
Retrasar la adhesión de Ucrania y Georgia y dialogar con Rusia fue pues el mensaje que trasladó el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, en la cita de Cracovia. El alto responsable atlántico precisó, sin embargo, que los aliados siguen teniendo «plena disposición en apoyar la reforma y reorganización de las fuerzas armadas» de los dos países aspirantes, que plantearon su solicitud en la cumbre de Bucarest de abril de 2008.
«Acuerdo y consenso»
De Hoop Scheffer defendió la integridad territorial de Georgia frente a los anhelos expansionistas del Kremlin en Osetia del Sur y Abjasia, y consideró la cumbre cracoviana «una oportunidad para revisar y examinar la forma en que la Alianza puede seguir prestando asistencia en sus preparativos para la adhesión», pero dejó claro que de momento Kiev y Tbilisi deberán esperar, porque así lo quieren Washington y otras grandes capitales europeas y lo desea Moscú. El ministro de Defensa polaco, Bogdan Klich, se pronunció a favor del «máximo acuerdo y consenso» entre los socios de la Alianza antes de admitir a Ucrania y Georgia en su seno.
Por su parte, los titulares de Defensa ucraniano y georgiano, Yuri Jechanurov y Vasil Sicharulidze, agradecieron la política de «puertas abiertas» y el apoyo de la OTAN a los dos países «en un momento tan difícil». Por el contrario. Albania y Croacia, dos países candidatos a la adhesión que fueron invitados a la reunión de Cracovia, ingresarán en abril en la estructura atlántica, según confirmaron fuentes de la Alianza. Ambos países ex socialistas se convertirán en dos piezas clave de la OTAN en la Europa balcánica, una de las zonas históricamente más convulsas del Viejo Continente.
El ingreso de Croacia en la Alianza ha despertado suspicacias en la vecina y próspera Eslovenia, donde los nacionalistas ponen en duda la oportunidad de esta decisión y recogen firmas para que los eslovenos se pronuncien en referéndum sobre dicha adhesión. El punto de discordia entre ambos países de la ex Yugoslavia socialista se sitúa en la frontera marítima del mar Adriático. La OTAN teme que la celebración de un referéndum en Eslovenia pueda retrasar el ingreso de Zagreb en la institución euroatlántica.
Remodelación militar
La cumbre de Cracovia hizo hincapié en la necesidad de emprender una profunda reforma de las estructuras militares de la OTAN con el objetivo de dotarlas de mayor eficacia, flexibilidad y rapidez en las zonas en conflicto donde tengan que intervenir. En este sentido, los 26 países miembros de la Alianza se pusieron de acuerdo en potenciar la Fuerza de Intervención Rápida (NRF, en su sigla en inglés) creada en el año 2003 con capacidad para intervenir en pocos días en cualquier lugar del planeta que necesite de su presencia. Nadie puso en duda esta necesidad, pero ningún país concretó su aportación a esta fuerza militar.
El encuentro de ministros de Defensa de la OTAN finalizó con un acuerdo general: incrementar la presencia militar en Afganistán con motivo de las elecciones presidenciales del próximo 20 de agosto, como pidió el secretario de Defensa estadounidense. Los ministros de la Alianza aceptaron la meta de incrementar en 10.000 soldados el contingente y aplaudieron la decisión de Obama de enviar 17.000 nuevos militares en abril, pero no apostaron por hacer lo mismo, excepto en los casos de Alemania e Italia. Berlín destinará 600 nuevos soldados y Roma, 500.
Ni España, ni Francia ni Gran Bretaña se mostraron dispuestos a aumentar su cuota militar en Afganistán. La próxima cita de Estrasburgo, que reunirá a jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, el 3 y 4 de abril, será decisiva para que Barack Obama consiga aplicar su doctrina afgana

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