Si no se vuelve a malograr lo pactado, el presidente ucraniano, Víctor Yúshenko, parece haber salvado el tipo sin necesidad de tener que recurrir a elecciones anticipadas. El diputado Vladímir Litvín, que acaba de ser elegido presidente de la Rada (Parlamento unicameral), anunció ayer la reconstitución de la antigua 'coalición naranja', en la que también entraría su propia formación. Litvín, que ya presidió la Rada y cuyo bloque, que lleva su nombre, obtuvo en las legislativas del año pasado 20 escaños, aseguró que el partido que dirige la primera ministra, Julia Timoshenko, y Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular, cuyo líder es Víctor Yúshenko, vuelven a estar juntos.
Yúshenko y Timoshenko, aliados durante la llamada 'revolución naranja', se enfrentaron el pasado mes de septiembre después de que ella uniera sus votos a los del Partido de las Regiones, formación liderada por el prorruso, Víctor Yanukóvich, para recortar los poderes presidenciales. El mandatario ucraniano rompió la coalición de Gobierno y, al no formarse una nueva en 30 días, disolvió la Cámara el 8 de octubre y convocó nuevos comicios para el 7 de diciembre. Después, trasladó la fecha de las elecciones al 14 de diciembre y, finalmente, desconvocó la votación sin revocar su decreto de disolución de la Rada.
Timoshenko, que según todos los indicios será la principal adversaria de Yúshenko en las presidenciales de 2010, advirtió de que se uniría a Yanukóvich si la 'coalición naranja' no se recomponía de inmediato. La amenaza ha surtido efecto. Se da la circunstancia de que las legislativas celebradas en septiembre del año pasado eran también anticipadas y fruto de otra crisis política. En marzo de 2006 hubo asimismo elecciones al Parlamento. Yúshenko, Timoshenko y Litvín suman juntos 248 escaños, de los 450 que tiene la Rada, sobrepasando con creces la mayoría absoluta.
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