Los cuentos de Hans Crhistian Andersen, así como los de los Hermanos Grimm o los de Perrault, han sido leídos, narrados, escenificados y llevados a la gran pantalla en muy diversas ocasiones. Su contenido forma parte de la infancia, contribuyendo al desarrollo de la imaginación, de la creatividad, en un mundo de sueños irreal pero que siempre ha formado parte de nuestra personalidad.
Las adaptaciones de los originales, cambiando personajes o finales, han sido a veces criticadas pero necesarias cuando se busca un final feliz y punto. La versión de Disney de La Sirenita de 1989 fue un éxito al igual que La Bella y la Bestia, Aladin o El rey león. Llevado a la danza clásica y en época navideña, con la garantía del Joven Ballet de Ucrania, la profesionalidad de la Compañía, tan jóvenes y tan bien preparados, la adaptación musical, la colorista escenografía nada complicada, la corrección asombrosa de variaciones, trabajo en puntas, paso a dos etc. hace que el montaje de este ballet infantil obtenga una calificación merecida de sobresaliente.
Niños que bailan para otros niños. Sí, pero con una clara intención de que sea algo más que una función de colegio navideña. El Joven Ballet de Ucrania es una escuela de futuros profesionales cuya técnica podemos catalogarla, siempre en estos niveles infantiles, como una de las más correctas y sus alumnos con un trabajo de calidad excelente en relación con las edades, algunos muy niños. La Sirenita envolvió con la magia de la danza el ambiente navideño de las fiestas de Murcia en un Auditorio al completo. Así se crea público.
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