El gigante gasista ruso Gazprom, que hace unas semanas también sonó como posible comprador de una parte de Repsol, amenazó ayer con parar sus entregas de combustible a Ucrania a partir del próximo 1 de enero del 2009 si los dos países no se ponen de acuerdo sobre las cifras del nuevo contrato. Esta medida pondría de nuevo en peligro las entregas de gas a Europa, ya que casi la totalidad del gas ruso que consume el continente europeo pasa por territorio ucraniano. La compañía rusa, controlada por el Estado, exige a la ucraniana, también pública, que liquide la deuda pendiente antes de firmar el nuevo contrato.
El presidente de Gazprom, Alexei Miller, anunció el pasado jueves que el nuevo precio que quieren facturar a Ucrania puede superar los 400 dólares por 1.000 metros cúbicos, frente a los 179,5 dólares del contrato actual y que suponen un nivel muy inferior a las tarifas que la gasista aplica al resto de países europeos.
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