Coag reclama la intervención de la UE para frenar el descenso de los precios en origen del cereal

Los agricultores ganan un 56% menos que hace un año por el descenso del 33% de los precios en origen de los cereales, según afirma Coag. Un estudio del sindicato agrario señala que un productor medio, con una explotación de 80 hectáreas de secano, sufrió un incremento en los gastos de más de 14.400 euros en el último ejercicio. A juicio de la organización agraria, los incrementos de los costes ascienden hasta el 60% en el caso de las semillas, un 57% en el caso del gasóleo y el 74% en los fertilizantes. Esto hace, según el estudio, que un productor medio con una explotación de unas 80 hectáreas de cereal de secano, haya sufrido un incremento en los gastos de más de 14.400 euros. La organización destaca que en la campaña 2006-2007, el incremento de los gastos pudo verse más o menos compensado con la subida de las cotizaciones, lo que provocó, en opinión de Coag, que exista una visión sobre el sector que no se corresponde con la realidad. Si se mantiene la tendencia a la baja de los precios, muy pronto los costes de cultivo serán superiores a los beneficios, de ahí que, ante la próxima campaña -que comenzará con la siembra en las próximas semanas-, las ayudas sean imprescindibles para hacer rentable la actividad. En el panorama internacional, las previsiones de campaña son buenas para los principales países productores. Así, COAG señala que la bonanza de la campaña pasada se debió en parte a los malos resultados obtenidos en países netamente productores como Australia o Ucrania y al cierre de fronteras de países exportadores como Rusia o Kazajstán ante el aumento acusado del consumo y la reducción global de los stocks. Además, numerosos países de la Organización Mundial de Comercio (OMC) ponen en práctica políticas con objeto de «fomentar la producción de cereales y así garantizar el abastecimiento interno». Mientras tanto, Coag denuncia que la Unión Europea pretende la eliminación de todos los mecanismos de intervención y apoya el sistema de ayudas desacopladas que desincentiva la producción; la falta de rentabilidad del cultivo, provocada por la tendencia al alza de los costes y a la baja de los precios, puede provocar que muchos agricultores no siembren. De este modo, se aumentaría la dependencia de las importaciones y se correría el riesgo de sufrir un desabastecimiento del mercado. De este modo, «se pone de manifiesto, una vez más», que la actual política agraria comunitaria es «incapaz de garantizar la estabilidad de los precios