viernes, 15 de agosto de 2008

Los georgianos, en cólera contra los "bárbaros" rusos

"¿Rusia protege a los osetos? !Que se ocupe primero de los rusos que tienen que buscar en la basura para comer!", exclama Guram sentado en un banco de Tiflis, donde las banderas ondean a media asta en homenaje a los muertos caídos en los combates contra "los bárbaros" rusos.
En Tiflis, la ciudad multiétnica conocida por su tolerancia, los habitantes hablan de lo que llaman "la invasión rusa" de Georgia, consecutiva a un intento de su gobierno por retomar el control sobre la provincia separatista de Osetia del Sur.
No quieren identificar a los rusos de a pie con el gobierno, pero tampoco esconden su rencor.
"Mi abuela es rusa y ahora casi puedo decir que los odio", dijo Alexandra Djaparidze, una artista de 32 años.
"Antes acusaba al gobierno. Pero, ¿por qué ningún representante de los intelectuales rusos salió a la calle para apoyar a Georgia cuando sus tanques estuvieron a punto de entrar en Tiflis?", se pregunta la joven.
Unas vendedoras se estremecen cuando oyen hablar ruso. Sin embargo, en las cafeterías los georgianos se esfuerzan por seguir fieles a su reputación, brindando por la amistad.
En un banco de la avenida Rustaveli, arteria principal de Tiflis, un hombre y dos mujeres de cierta edad arremeten contra Moscú.
"Quieren someter a Georgia. Después le llegará el turno a Ucrania", exclamó Guram Tchitanava, de 68 años.
"Distribuyen pasaportes rusos a los osetos y hacen la guerra contra nosotros. Sería mejor si gastaran su dinero alimentando a los rusos que buscan en la basura", se queja.
Guram comparte la opinión del entorno del jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, de que el presidente georgiano, dejándose provocar, ha "caído en una trampa" tendida por los rusos.
"No le damos nuestra aprobación por esto, pero tampoco lo condenamos. Es muy pronto para decir si tenía razón o estaba equivocado", dijo Guram ante sus interlocutores, que asintieron.
"!Pero Rusia no es nadie para decirnos a quién elegir! Que le pregunte a su Putin (primer ministro y ex presidente) sobre lo que ha hecho en Chechenia", intervino una de ellas.
Jatuna Obiachvili, una institutriz de 40 años, sale de la iglesia. Ha rezado por el final de un conflicto en el que las dos partes tienen culpa, según ella.
"La estrategia de (presidente georgiano Mijail) Saakachvili de 'los norteamericanos son buenos y los rusos son malos' no era razonable. No tenía que haber provocado a los rusos", considera.
Una rusa de Tiflis, Nina Gurtchenko, reconoce tener "miedo de que la echen" de Georgia.
"Nací en Rusia pero he vivido en Georgia. Siempre he estado del lado de Georgia, pero esta vez es su culpa. Es triste que los cristianos ataquen a cristianos", decía la mujer a la salida de una iglesia rusa. Rusos, osetos y georgianos son todos ortodoxos.
A la entrada del teatro folclórico Nabadi, la bandera ondea a media asta al igual que en muchos edificios de la capital. Los espectáculos han sido anulados por el luto nacional.
"Nuestros espectáculos no tienen letra, es una mezcla de las culturas y las etnias que viven en Georgia. Hemos crecido con abjasos y osetos, ellos también participan en nuestras representaciones", explica la directora Nina Turabelidze sobre el escenario vacío.
Esta ex bailarina espera volver a abrir lo antes posible el teatro "como remedio contra el odio".

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