sábado, 7 de junio de 2008

Y... nació para volar

La primera vez que escuché la música de El espectro de la rosa, de Weber, fue en mis clases de ballet, explicándome mi maestro el argumento y contándome que nadie había podido interpretar mejor el papel del “Espectro” que Nijinsky.Desde entonces me atrajo enormemente este personaje. Vaslav Nijinsky nació en el seno de una familia de bailarines polacos en Kiev, Ucrania, en 1890, lugar que me trae recuerdos inolvidables, pues he tenido la fortuna de bailar no sólo en el Teatro de la Ópera y Ballet de Kiev, sino en el Odessa, teatro maravilloso puesto bajo el amparo de la UNESCO.Nijinzky está considerado como uno de los bailarines mejor dotados en la historia del ballet. Su virtuosismo, técnica perfecta y ballón natural le permitieron realizar proezas no igualadas, como el salto de varios metros del “Espectro” al entrar por la ventana dando la impresión de quedarse por segundos suspendido en el aire. Diríase que volaba.Gracias a él empezaron a tener preponderancia los roles masculinos en el ballet, pues antes era sólo de acompañamiento y sostén de las primeras bailarinas y, con sus diversas creaciones, mostró la virilidad, fuerza y belleza del cuerpo masculino en su casi desnudez.En 1900 se une a la escuela del Ballet imperial en San Petersburgo donde estudia con Ceccetti y a los 18 años ya tenía papeles importantes en el teatro Marynsky.El encuentro con Sergei Diaghilev, miembro de la elite de San Petesburgo e importante promotor de las artes, (en otra ocasión hablaremos de él) fue el hallazgo de su vida, porque Diaghilev se enamora de él, decide dirigir su carrera y crea una compañía que lleva a Paris teniendo como estrellas a la Pavlova y a Nijinzky, obteniendo en éxito rotundo que redundaría en los círculos artísticos de Europa. Posteriormente forma los ballets rusos en donde incluye al espléndido coreógrafo Michel Fokine, quien trabajó con Nijinsky en diferentes ballets como El Carnaval, Scherezada y Petroushka de Stravinski.Le da la oportunidad de trabajar como coreógrafo en La Siesta del Fauno y La Consagración de la Primavera, creando movimientos y actitudes que escandalizan en su época, por sus matices sexuales, principalmente en la primera obra donde decían que se masturbaba con las ninfas. Le organiza una gira a Sudamérica a donde él no va, y ahí conoce a una condesa húngara Romola Pulszky, quien decide conquistarlo, logrando casarse con él. Cuando regresa a Europa Diaghilev en un arranque de celos pretende matarlos disparándoles, empezando con ello el desquiciamiento de Nijinzky, sin embargo, le organiza una gira a EU. Al poco tiempo le diagnostican esquizofrenia por lo que es trasladado a diferentes hospitales y asilos en Europa, muriendo en total locura en una clínica de Londres. Había acabado este ser etéreo que desafiaba la fuerza de la gravedad y que sólo se posaba apenas para seguir volando. Acababa de dar su último salto prodigioso. Así me voy soniando que fui depositaba en las alturas en el mágico mundo de los sueños y las fantasías, y que Nijinzky en su incansable vuelo nos mostró la belleza sin par del arte a través de la danza

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