martes, 19 de febrero de 2008

Imponen condiciones clavadistas chinos

lejos de la plaza olímpica se quedó la pareja integrada por los mexicanos Yahel Castillo y Luis Huerta, que acabaron la final en el duodécimo y último puesto
El intratable equipo chino pisoteó a sus rivales para hacerse con el primer oro en disputa en la Copa del Mundo que se celebra desde hoy en el olímpico Cubo de Agua, una antesala de la conquista total del aire que los chinos pretenden lograr en los Juegos de Beijing 2008. El dúo formado por Qin Kai y Wang Feng, impecable en técnica y elegancia y campeón del mundo en Melbourne el año pasado, mostró apenas fisuras en el trampolín de tres metros para subirse a lo alto del podio con 462,12 puntos. Pese a que el emblemático Cubo, con una capacidad para 17 mil espectadores, no estuvo hoy lleno, las 5.000 personas que acudieron a la final demostraron que, como dicen los chinos, los saltos son "el deporte del pueblo" en el país asiático. Muy lejos de Qin y Wang, con 418.65 puntos, quedó la "extraña pareja" rusa integrada por el joven Yuriy Kunakov y el legendario, escurridizo y soberbio Dmitry Sautin, que buscará en Beijing la gesta de lograr, por quintos Juegos consecutivos, alguna medalla. El tercer lugar hoy fue a parar a la pareja canadiense formada por el niño prodigio Alexandre Despatie, uno de los pocos saltadores junto a Sautin y el también ruso Gleb Galperin capaces de hacer sombra a los clavadistas chinos, y Arturo Miranda, que acabaron bronce con 416.94 puntos. La prueba de hoy sirvió también para decidir los últimos cuatro puestos olímpicos que quedaban por disputar en esta categoría y que fueron a parar a Rusia, Gran Bretaña, Ucrania y Australia, equipos que se sumarán a China (como país anfitrión) , Canadá, Estados Unidos y Alemania, que consiguieron sus boletos en Melbourne. A las puertas de la clasificación olímpica se quedaron cubanos y mexicanos. En un día en que todo el mundo está pendiente de la isla caribeña, el dúo formado por Jorge Betancourt y Erick Fornaris tuvo el pase olímpico al alcance de su mano hasta el último salto, en el que un fallo que empañó una sólida actuación lo llevó hasta el noveno puesto, a uno tan sólo de la clasificación. Pese a la decepción, la selección cubana sigue siendo una de las grandes bazas para hacer algún roto al imperio chino y cuenta hasta el momento con tres plazas olímpicas tras Melbourne: Betancourt (trampolín 3 metros) , José Antonio Guerra Oliva (plataforma 10 metros) y el dúo que forma con Fornaris en plataforma sincronizada. Más lejos de la plaza olímpica se quedó la pareja integrada por los mexicanos Yahel Castillo y Luis Huerta, que acabaron la final en el duodécimo y último puesto. "La pareja estuvo mal, No salieron las cosas como las habíamos entrenado pero de los errores se aprende, no queda otra que aprender y dar el siguiente paso, que es mi competencia mañana en individual" , afirmó Castillo. La rectangular estructura diseñada por el australiano John Pauline, rodeada de burbujas poliédricas que reflejan lo que sucede en el interior, acogerá hasta el próximo día 25 un evento que será la última oportunidad de los saltadores para volver a este mismo sitio en agosto del 2008. <> "Nunca faltan las sorpresas porque en saltos hasta el último nunca sabes quien gana, por bueno que seas en el último puedes fallar y el más malo puede entrar el primero, así que nunca sabes", dijo hoy el responsable técnico de la selección española, el mexicano Carlos Girón, con once Juegos Olímpicos a sus espaldas. Y aunque los chinos tienen la ventaja de acopiar los ocho oros en juego, ahora y en agosto de este año, en saltos "no hay nada escrito"

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