jueves, 17 de enero de 2008
Claver sella una victoria sufrida
Se sufrió mucho pero se ganó. Sí, se ganó ante el Azovmash y es lo más importante, pero la imagen del Pamesa volvió a no ser buena en la segunda parte. Porque la trayectoria de los equipos hay que analizarla en profundidad y no sólo con el infantil "si ganamos somos muy buenos y si perdemos muy malos".En Ucrania se vio las dos versiones del Pamesa de la actual temporada, pero con un matiz común y muy evidente: este equipo depende en demasía de su lanzamiento exterior. Eso es excelente cuando se está enrachado. Sublime y espectacular fue el Pamesa ayer en la primera parte, con diez triples anotados, pero es un tormento cuando se falla y se es incapaz de hacer otra cosa. Y ese es el verdadero peligro. La victoria de ayer supuso el triunfo número cien del equipo valenciano en competiciones europeas.En este Pamesa en el juego interior sólo aporta Barac, ayer Milojevic no jugó por molestias en sóleo de su pierna izquierda, ya que ni Miralles ni Garcés son regulares. Pese al susto, los valencianos tienen en su mano ser primeros de grupo, cuestión no baladí porque te asegura el factor cancha en las eliminatorias previas a la final a ocho de Turín. Sólo hace falta ganar en casa al Kimkhi por tres puntos ya que se igualaría el average con los rusos (ayer ganaron al Anwil 90-63) y los valencianos serían primeros por el cómputo de puntos general del grupo de la Uleb Cup.Un destacado merece el partido de Víctor Claver, sin duda el mejor de la promesa de Maristas en su primera campaña en Europa. El canterano sigue pidiendo minutos con buen juego aunque, evidentemente, debe mejorar pequeñas lagunas como los tiros precipitados o el tener la serenidad suficiente para sacar un balón complicado a falta de 20 segundos con el partido ganado.El Pamesa comenzó el partido arrollando, anotando todo lo que le llegaba a su mano en una primera parte a ritmo de récord desde el lanzamiento exterior. Espoleados por las dos derrotas en Polonia y ante el Tau, los pupilos de Katsikaris no querían problemas y decidieron meter la quinta marcha. El Azovmash se vio desbordado y en ningún momento pese a los destellos de Buford y Lishchuk pudo evitar que la diferencia al descanso fuera de quince puntos (34-49).El margen siguió creciendo en el tercer cuarto hasta llegar a su máxima expresión con otro triple de Williams que puso el 39-59. Pero en ese momento el Pamesa decidió dejar de jugar al baloncesto. Y menos mal que tuvo un gran aliado, el equipo de Mariupol, que no supo aprovechar en su totalidad el regalo que sus visitantes españoles le ponían en bandeja.Pamesa acabó sin anotar los últimos cinco minutos del tercer cuarto mientras el Azovmash metía puntos a cuentagotas hasta terminar poniéndole en muchos aprietos a los taronja en el último cuarto. De la mano de Edney, Buford y Archibald los locales se llegaron a poner a tres puntos, pero un triple salvador de Claver parecía sentenciar el choque.Pero el guión surrealista del encuentro se negaba a perder su protagonismo y con el encuentro decidido y sin tiempo el propio Claver perdió un balón absurdo, Edney anotó el 70-72 y los tiros libres del capitán Oliver resolvieron el entuerto.Mención aparte merece el episodio vivido en el viaje entre el presidente, Manuel Llorente, y el entrenador, Fotis Katsikaris. Ya hemos escrito que máximo mandatario y entrenador mantienen una diferencia de criterios sobre la conveniencia o no de hacer un fichaje que apuntale el equipo esta temporada. Lo que es de esperar es que esa grieta surgida dentro de una excelente relación no vaya a más de alguna aparente discusión a la vista del público como se produjo en el desplazamiento del equipo hasta tierras ucranianas.
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