miércoles, 19 de diciembre de 2007

Ucrania mira hacia occidente con elección del nuevo gobierno

Kyiv (AFP) — El nuevo gobierno de Ucrania, dirigido por la líder de la Revolución Naranja, Yulia Timoshenko, es claramente pro occidental y a favor de inscribir su país, en plena crisis política, en la UE y la OTAN.
El parlamento de Ucrania aprobó el martes por un estrecho margen el nombramiento como primera ministra de la líder de la Revolución Naranja, Yulia Timoshenko a propuesta del presidente del país, el pro-occidental Viktor Yushenko.
El nuevo gobierno incluye además el nombramiento de Volodymyr Ogryzko, un ferviente defensor de la entrada de Ucrania a la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como nuevo ministro de Relaciones Exteriores.
Un total de 226 diputados del parlamento unicameral, la Rada, votaron por Timoshenko. Era el quorum mínimo y absolutamente necesario para superar el voto en una Rada compuesta por 450 escaños.
Timoshenko no obtuvo ningún voto en contra, pues en una dramática demostración de la actual división reinante en una Ucrania de 46 millones de habitantes, la oposición pro-rusa, que controla la mitad del parlamento, boicoteó la votación negándose a participar.
La nueva primera ministra acusó a la oposición de corrupción y aseguró que "se quedarán petrificados de ver que puedo poner orden en el Estado". "La votación fue un acto de autenticidad, una prueba de solidaridad para la coalición democrática", añadió.
Sus partidarios lanzaron gritos de júbilo tras una victoria que llega una semana después de una primera votación parlamentaria durante la cual la líder pro-occidental no superó su nombramiento por un solo voto.
El martes, los diputados votaron uno a uno, a mano alzada, para evitar lo sucedido la semana pasada, cuando los aliados de Timoshenko denunciaron que su fracaso se debió a un error en el sistema electrónico de recuento de votos.
Ucrania está atenazada entre Polonia y Rusia, es un país clave en el tránsito del gas natural ruso hacia los países de la UE, pero mantiene una tensa relación con el Kremlin desde la llegada a la presidencia en Kiev del pro-occidental Viktor Yushenko.
Famosa por sus vestidos blancos, su tradicional trenza a modo de diadema y su apasionado hablar, Timoshenko es tan adorada por los pro-occidentales mayoritarios en el oeste de Ucrania como detestada por los pro-rusos, que viven en gran parte en el este del país.
Su victoria del martes marca su vuelta al gobierno, de nuevo junto a Yushenko, su aliado en la Revolución Naranja de 2004.
Ese movimiento prodemocrático de protesta popular logró la repetición de las elecciones presidenciales que ganó de forma dudosa su rival, el pro-ruso Viktor Yanukovich.
Yushenko ganó las presidenciales repetidas, pero su alianza con Timoshenko acabó con la destitución de ésta como primera ministra en 2005. Yanukovich volvió así a la jefatura del gobierno, pero la crisis creada condujo a las legislativas de septiembre.
Los pro-occidentales lograron en esos comicios la mayoría por un estrecho margen, pero no han conseguido resolver la crisis política del país.

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