domingo, 28 de octubre de 2007

Ejemplo de joven ucraniana despierta admiración

VIVIANA MUNOZ
El Nuevo Herald
No se enfocó en sus limitaciones físicas, sino en sus sueños.
A pesar de que sus brazos y piernas están deformados, Nataliya Nikolenko aprendió a pintar y a crear bellos arreglos florales en su país de origen, Ucrania.
La joven de 21 años ha permanecido gran parte de su corta vida boca abajo en un carrito con ruedas. Ahora, su gran anhelo de poder sentarse y usar una silla de ruedas está muy próximo a convertirse en realidad: un cirujano de la Universidad de Miami se ha ofrecido a operarla y donar sus servicios, en tanto que el International Kids Fund comenzó a recaudar dinero para cubrir el costo del hospital y la rehabilitación.
Nikolenko llegó a la Florida el pasado 1ro. de octubre, junto a ocho niños ucranianos con limitaciones físicas. Aquí recibieron prótesis donadas por las compañías Hanger Prosthetics and Orthotics y Otto Bock HealthCare; fueron examinados por médicos, jugaron con los delfines del Seaquarium e hicieron una visita a los estudios de Universal y al mundo mágico de Disney.
La joven ucraniana, que fue condecorada en su país por su espíritu ejemplar y ser un modelo para la juventud, expresó que el deseo de salir adelante en la vida debe ser más fuerte que los obstáculos.
Ella lo ha demostrado con creces. Pinta con el pincel en la boca. Con trazos firmes dibuja las flores de Ucrania y luego aplica el color, principalmente rojo, azul, y verde. Y aunque una pintura le puede tomar un día completo, dice que vale la pena.
''Mi deseo para el futuro es recuperar mi salud para poder sentarme en una silla de ruedas y poder ofrecer mis pinturas para ganarme la vida y ayudar a los más necesitados'', aseveró.
Emocionada con su viaje, afirmó que la ciudad de Miami ''es muy bella, pero más aún las personas, que son buenas y honestas''. Y agregó: ``La belleza de la ciudad corresponde con la hospitalidad y la cordialidad de la personas que he podido conocer''.
''Les deseo que siempre sean tan radiantes y llenos de vida. Y que, a pesar de las dificultades de la vida, siempre estén dispuestos a ayudar al prójimo'', agregó.
Nirma Piña, una profesional cubanoamericana de bienes raíces que acogió a la joven en su casa, describió su experiencia como ``enriquecedora''.
''Estamos aprendiendo cada día de Nataliya. De ese fuerza espiritual que no la deja darse por vencida. De su valor, de cómo ella supera sus limitaciones en busca de sus metas'', subrayó Piña. ''Ella nos muestra que el alma, la mente y el corazón, están por encima de lo físico'', añadió.
La iniciativa humanitaria se inició con la visita a Ucrania en diciembre de 2005 del congresista Lincoln Díaz-Balart y la subsecretaria de Estado para la Democracia y Asuntos Globales, Paula Dobriansky, con el objetivo de identificar formas de ayudar al gobierno del presidente ucraniano Yushchenko.
Durante el citado viaje, Díaz-Balart se entrevistó con la primera dama, Kateryna Yushchenko, quien le contó del problema de los llamados niños víctimas de Chernobyl, la tragedia ocurrida el 26 de abril de 1986 en la central nuclear que ha causado a miles de pequeños enfermedades como leucemia, melanomas y malformaciones físicas, como también la de niños que han sufrido accidentes con maquinarias grandes en sus granjas.
Luego de dos años, fue posible hacer realidad el viaje de estos pequeños, gracias también al apoyo de la organización Ukraine 3000 International Charitable Fund.
Cuando llegaron a la Florida, los enfermos fueron acogidos en casas de familias cubanas en Miami.
En cuanto supo sobre Nikolenko, el doctor Hari Parvataneni, un especialista en reconstrucción de articulaciones y ortopedia de la Universidad de Miami, ofreció hacerle la cirugía. ''Nos reunimos con él y nos dijo que quería donar sus servicios y llevar a cabo la operación'', afirmó Ana Carbonell, la jefa de despacho del congresista Lincoln Díaz-Balart.
''He aprendido tantas cosas de Nataliya'', agregó Carbonell. ''Me ha mostrado que en la vida, mientras uno tenga el deseo de ser feliz, nada ni nadie te puede detener. No importa las limitaciones. Nada podrá opacar ese espíritu de lucha'', subrayó Carbonell, una de las principales gestoras de la visita de la joven ucraniana a EEUU.
''Ahora, todos tenemos la oportunidad de lograr que Nataliya pueda sentarse por primera vez en su vida. Creo que sería un regalo muy hermoso que le haría la comunidad a cambio de todo lo que ella nos esta enseñando'', acotó Carbonell.
''Ella es un inspiración para todos. Su espíritu, su ánimo, toda su actitud es positiva'', manifestó Cristina Díaz-Balart, la esposa del congresista.

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