martes, 29 de junio de 2010

La lección magistral de Herta Müller

Ahormados por otros premios Nobel, sumergidos en la excelsitud de su pluma y la trascendencia de la literatura como motor del mundo, se hizo raro - y agradable-que la escritora germano-rumana Herta Müller, premio Nobel de Literatura 2009, fuera tan poco inclinada a la grandilocuencia ni a la gravedad que acompaña a los relatores de la tragedia europea del siglo XX. "La vida no es vivida para ser contada y hace bien". La memoria, el recuerdo de lo ocurrido - aunque sea tan dramático como la deportación de poblaciones enteras de minorías alemanas vendidas a Ucrania tras la Guerra Mundial-sólo es materia prima para que con ella el escritor produzca literatura. "Desde ese punto de vista, cualquier frase es una obra de arte". Correspondiendo a una identidad híbrida como la suya - miembro de una minoría alemana en Rumanía, "socializada en rumano" y luego absorbida por la cultura germana-rechazó, en su coloquio con la prensa auspiciado por el Instituto Goethe, cualquier atisbo de puritanismo literario. "No es posible transformar una lengua en otra, de modo que hay que traducir la literatura, y en ese proceso, se pierden matices de la lengua de origen, pero se ganan otros propios de la lengua final. Cuando he consultado traducciones de mis libros para ver cómo solucionaban algunos de los giros casi siempre me ha gustado más la solución del traductor que mi texto". ...


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