Los cincos detenidos son oficiales en activo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, ex KGB) que "intentaban obtener datos militares y de la industria de defensa que son secreto de Estado", según indicó el presidente del SBU, Valentín Naliváychenko.
Todos los oficiales rusos, detenidos el pasado 27 de enero, confesaron ser agentes del departamento del FSB del grupo de tropas rusas desplegadas en la vecina región separatista moldava de Cisdniéster, desde cuyo territorio habían entrado en Ucrania.
Naliváychenko explicó que uno de los oficiales fue detenido "in fraganti" en un lugar a 14 kilómetros de la frontera del país mientras recibía secretos militares de un ciudadano ucraniano al que le había pagado 2.000 dólares.
Otros tres oficiales del FSB observaban ese encuentro desde un vehículo estacionado, y, además, desde otro lugar supervisaba la operación el jefe del grupo, un teniente coronel, jefe de contraespionaje del departamento del FSB del grupo de tropas rusas en Cisdniéster, quien fue capturado cuando intentaba huir.
Los agentes ucranianos se incautaron de diversos equipos de espionaje, como grabadoras digitales, una minicámara de vídeo disimulada en bolígrafo, varios portadores de datos USB, incluido un contenedor de información digital camuflado como llavero, un ordenador portátil y 2.000 dólares.
En el contenedor de información y en uno de los teléfonos móviles de los detenidos fueron halladas instrucciones para el agente ucraniano y varios documentos que reglamentan la actividad de los espías del FSB.
Durante los interrogatorios se estableció que el ucraniano que obtenía información para los rusos había sido secuestrado por ellos hace varios meses en Cisdniéster y obligado a colaborar bajo amenazas de muerte a él y a sus familiares.
Naliváychenko precisó que la Fiscalía ucraniana ha incoado un expediente penal por espionaje al teniente coronel ruso que encabezaba la operación secreta, quien fue arrestado por decisión de un tribunal de Kíev.
Agregó que los demás agentes rusos fueron interrogados y "dieron información exhaustiva sobre sus misiones de espionaje en perjuicio de la seguridad de Ucrania", tras lo cual fueron expulsados del país con prohibición de volver durante cinco años.
El presidente del SBU precisó que las autoridades ucranianas ya informaron de este incidente a la dirección del FSB y a la embajada rusa en Ucrania. EFE
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