Sorpresa, alegría, esperanza Estas son las sensaciones que reflejaban las caras de los 333 niños procedentes de Ucrania que han llegado a Bilbao para pasar los meses de julio y agosto con las familias más solidarias del País Vasco. El sol y la buena alimentación son los elementos clave para una mejora en la salud de estos pequeños, muchos de ellos afectados por el desastre nuclear de Chernobil, ocurrido hace ya más de dos décadas.
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