sábado, 31 de enero de 2009

Reacción a la 'guerra del gas'

La reciente disputa por el gas entre Rusia y Ucrania, que dejó sin suministro a media Europa hace unas semanas, ha revivido el interés de los gigantes energéticos de Alemania por el gas natural licuado (GNL) para diversificar sus fuentes de energía y reducir la dependencia.

Aunque Alemania no sufrió interrupciones con la denominada ‘guerra del gas’, firmas como E.ON y RWE han comenzado a apostar por la versión líquida de este hidrocarburo. La compañía que preside Wulf Bernotat ha firmado un acuerdo con Unión Fenosa  para el desarrollo de actividades conjuntas en materia de infraestructuras relacionadas con la construcción de una segunda planta de GNL en Guinea Ecuatorial. Mientras tanto, su principal competidor en Alemania construirá una terminal de recepción de GNL en Wilhelmshaven (en la costa del Mar del Norte), la primera del país, que podría iniciar sus operaciones en 2012. Pero no sólo son compañías energéticas, también el grupo químico Wintershall, uno de los socios de Gazprom en Alemania, ha dicho que va a evaluar nuevamente la opción del gas natural licuado.

Infraestructuras. Según las estimaciones de la AIE, el 10% del gas que se suministra en Europa es GNL. El organismo prevé que en el corto plazo este porcentaje se incremente hasta el 20%, pero advierte de que será necesario un importante esfuerzo inversor en infraestructuras. De hecho, estas se concentran principalmente en España, Francia y Reino Unido.

La Eurocámara analizará el próximo 3 de febrero un informe sobre la “Segunda revisión estratégica del sector de la energía”, en el que se pide un mecanismo de reacción rápida ante situaciones de emergencia. El informe señala que todos los Estados miembros deben tener una capacidad suficiente para albergar GNL, “compuesta de instalaciones de licuefacción en los países productores y terminales y equipos de regasificación a bordo de buques en la UE”.

Estrategia. Unión Fenosa defendió ayer el carácter estratégico de la división gasista que comparte con Eni en Egipto, un activo altamente rentable y con una capacidad de producción de unos seis millones de metros cúbicos de gas. España, que en 2008 consumió unos 45 bcm de gas, no tiene producción propia y abastece su consumo sobre todo con GNL.

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