viernes, 17 de octubre de 2008

El presidente de Ucrania Víctor Yúschenko y su plan secreto para vender armas

Valentín Rajmánov, RIA Novosti. La disolución de la Rada o Parlamento de Ucrania y la forma antidemocrática y cómica con la que el presidente ucraniano Víctor Yúschenko intenta conseguir los fondos necesarios para financiar el proceso electoral, desplazó a un segundo plano el factor "georgiano" en las relaciones ruso-ucranianas.
Entre tanto, el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, ya advirtió que Moscú tendrá en cuenta todos los aspectos, al momento de entablar las relaciones con Ucrania. Actualmente, en Kíev continúa una investigación sobre el suministro de armamento ucraniano a régimen del presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili.
"Ucrania debe respetarse como país soberano... tenemos información de que el pasado mes de septiembre a Kirovograd llegaron cuatro especialistas militares de Estados Unidos (tenemos sus nombres) y ellos escogieron de los almacenes militares misiles antitanques que posteriormente, fueron enviados a Georgia", dijo el diputado ucraniano Valeri Konovaliuk.
Hasta hace poco, Konovaliuk era miembro del parlamento de Ucrania disuelto por decreto por Yúschenko, y presidía una comisión parlamentaria que investigaba la venta de armamento ucraniano a Georgia.
En curso de una conferencia televisiva Kíev-Moscú organizada por RIA Novosti, Konovaliuk reveló asuntos relacionados con esa investigación. Según el diputado, aunque la investigación continúa, se ha establecido que una cantidad importante de dinero recibido por la venta de armamento ucraniano no llegó al erario público.
"Se estableció la venta de armamento por un monto de 2.500 millones de dólares y de esta suma, el Estado únicamente recibió 1.000 millones de grivnas (moneda ucraniana), una cantidad doce veces inferior", dijo el diputado.
Konovaliuk afirmó que Ucrania vendió a Georgia armamento perteneciente a las Fuerzas Armadas del país, y que parte de ese armamento fue desmantelado directamente de las unidades militares en servicio activo, entre ellos, sistemas de cohetes de defensa antiaérea Buk M-1.
En este sentido el diputado subrayó que Ucrania al vender armamento a Georgia expropió armamento de propiedad estatal.
"De hecho, nuestro país está vendiendo las reservas de armamento que heredó de la Unión Soviética", indicó Konovaliuk, al subrayar que la comisión que preside, no pudo entablar relaciones de trabajo con el ministerio de Defensa y el Ministerio de Seguridad Nacional de Ucrania.
El diputado aseguró que los suministros de armas están controlados por un grupo muy reducido de funcionarios en las altas esferas del poder, y que el parlamento y la sociedad ucraniana carecen de mecanismos legales para controlar las exportaciones de armamento.
Konovaliuk afirmó la investigación de la comisión parlamentaria sobre la venta de armas y el destino de los ingresos, en esencia es la primera auditoría que se hace en ese campo en el país.
Añadió que si Yúschenko no hubiera disuelto el parlamento habría propuesto al legislativo la creación de una entidad destinada a controlar las exportaciones de armamento en Ucrania, y no descartó que el presidente ucraniano también disolvió el parlamento para detener el trabajo de su comisión.
En relación a la "guerra de los cinco días" entre Rusia y Georgia y el escándalo de la venta de armamento ucraniano al gobierno georgiano, Konovaliuk subrayó que cuando se entregó armamento a Saakashvili, la presidencia ucraniana sabía de la probable agresión de Georgia contra Osetia del Sur.
Subrayó que Ucrania no debió vender armas a Georgia y mucho menos instruir a los oficiales georgianos en su manejo, porque esas armas fueron utilizadas contra la población civil y contra soldados que cumplían una misión de paz.
Actuando de esa forma, Ucrania se enfrentó a la ONU, ya que los soldados rusos se encontraban en el territorio de Osetia del Sur en virtud de un mandato conferido por la ONU.
Al mismo tiempo, cabe resaltar la actitud contradictoria que demuestra la presidencia de Ucrania, que en medio del conflicto ruso-georgiano apoyó públicamente a Saakashvili en Tbilisi, y pocas semanas después, prolongó un tratado de amistad y cooperación con Rusia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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