domingo, 6 de julio de 2008

Crianza cien por cien Rioja

Tonelería Quercus cortó en octubre del 2006 los primeros robles riojanos destinados a la construcción de barricas para la crianza. Éstas contendrán vino a partir de la vendimia del 2009 para comenzar los ensayos organolépticos comparativos. La preocupación por las dudosas perspectivas de futuro de los robles en Europa ha llevado a Quercus a plantearse la recuperación de árboles españoles con el fin de garantizar el origen y el futuro abastecimiento. «En Ucrania se están talando bosques magníficos para plantar nogales y castaños, cuya madera se aprovecha a los 40 años, mientras que para el roble enológico hay que esperar 100, y en Rusia, para financiar los Juegos Olímpicos de invierno, se está vendiendo la madera de los bosques, lo que nos hace ser pesimistas de cara al futuro», explica Enrique Echepare, gerente de la tonelería Quercus del grupo Rivercap. «La sostenibilidad y el roble europeo -continúa- están en entredicho».La apuesta de Quercus es importante y, en contacto con los gobiernos de Castilla y León, el País Vasco (Álava) y La Rioja, pretende garantizar el suministro y la procedencia de roble con bosques españoles. La propuesta ofrece una segunda oportunidad enológica a las maderas patrias. En este sentido, desde los siglos XIV y XV los bosques, tanto en España como en Francia, se cultivaban y cuidaban para abastecer la demanda de barcos de la armada. La aparición de nuevos materiales llevó en Francia a explotar otros usos como el enológico, mientras que en España los bosques se abandonaron poco a poco. Francia es hoy en día el único proveedor europeo que garantiza al cien por cien la procedencia del roble y que sigue una política sostenible desde hace siglos. La otra opción es EEUU, con los orígenes de Missuori, Pensilvania, Kentucky y Minnesota, todas zonas de los Apalaches con marcadas diferencias para la crianza de los vinos. Por su parte, los países del Este europeo han surgido en los últimos años como suministradores alternativos (con roble de los Cárpatos), pero sus necesidades de financiación no despiertan confianza para el futuro.Robles españolesEnrique Echepare señala que en España hay diferentes especies de roble: «Quercus petrae, el roble blanco, muy bueno para el vino, pero apenas hay nada; quercus robus, de las zonas más húmedas, que crece rápido, pero su madera es muy tánica y aporta pocos aromas; y quercus pyrenáico, que es lo que tenemos en La Rioja, Álava y Castilla y León». Echepare está convencido de que los resultados serán «buenos enológicamente», pero el problema es de los bosques: «No hay silvicultura -indica-, con lo que los árboles son irregulares, de gruesos pequeños, con nudos, y la especie tiene una albura excesivamente ancha [zona viva del árbol por donde sube y baja la savia para alimentar las hojas y ramas], lo que limita los aprovechamiento de los árboles y por lo tanto la competitividad». «Es posible, pero hace falta que en los bosques se ponga en marcha una silvicultura para el uso enológico, limitando las masas foliares para una menor albura y concentrando las plantaciones para que los árboles nazcan y crezcan rectos».En la actualidad, la madera de estos bosques se usa sobre todo para minas, traviesas de ferrocarril y para arquitectura en zonas de montaña: «Necesitamos una política específica para el uso enológico, como ocurre en Francia desde hace siglos sin problemas ecológicos ni de sostenibilidad, incluso aprovechando fondos europeos para silvicultura», indica el gerente de Quercus. «De momento, Castilla y León está muy interesada en preparar los bosques, que es lo realmente difícil, y La Rioja debe tomar decisiones porque en el futuro necesitaremos el roble español», concluye Echepare.

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